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Tantas ideas, tantos proyectos, tantas pasiones, tantas, tantas, tantas… que llega la terrible ansiedad. Reconocer que uno tiene un problema es complicado, pero si además es un problema que sin querer nos buscamos nosotros mismos y nos metemos poco a poco en él sin saber manejarlo, es aún más difícil de asumir.
Hace tiempo que ser multitasking, multiapasionada (término lema de mi amiga Eva) o multiemprendedora, me tiene los nervios un tanto tocados. Y es duro, porque a la vez, si lo pienso fríamente, tengo todo en mis manos para controlarlo, además de que podría decir que mi vida ha llegado al éxito entendido con dedicarme a todo aquello que siempre quise: mantenerme económicamente sin tener que marcar tarjeta en una empresa, con mis propios horarios y cierta libertad (aún no toda) de viajar y trabajar a distancia.
¿Entonces qué ocurre? Pues que siempre queremos más y/o mejor. Nos agobian las incertidumbres, nos agobia sentir que nuestros proyectos puedan quedar estancados, nos agobia que no nos dé tiempo a aprender todo lo que nos gustaría, dedicarnos a todo aquello que nos motiva.
Y cuando en una cabeza rondan todas estas ideas, es tiempo de PARAR. Sí, todo lo contrario a lo que parece que se necesita. Nada de hacer y sobrecargarnos de tareas sin rumbo. Es el momento de hacer un STOP en toda esta vorágine y reorganizar todo. Es el momento en el que nace lo que llamo ANSIEDAD CREATIVA y hay que replantearse las cosas.
Mi intención es que este artículo sirva tanto para los que como yo lleváis ya tiempo por vuestra cuenta como para los que estáis a disgusto en vuestro trabajo y buscáis un cambio. Todos podemos sufrir de ansiedad creativa y la clave de todo creo que se encuentra en varios pasos que, tras un poco de análisis resumo en los siguientes:
- Vaciar nuestra mente de todo aquello que nos estresa. Tenemos tantas ideas a lo largo de los días, que acumularlas y no darlas ninguna salida hacen que sintamos que nuestra cabeza explote. ¿Te ha pasado alguna vez eso de sentir que una idea te ronda la cabeza durante meses y no haces nada por desarrollarla? ¿Has abandonado muchas de tus ideas por no haber sabido por dónde empezarlas?
Quizás es que no las has visto planteadas o escritas delante de ti y ni siquiera hayas podido procesarlas.
- Una vez las hemos plasmado, tendremos que determinar si son viables, útiles o simplemente nos satisfacen. Tras ello, las priorizaremos para ponernos con ellas en nuestros momentos libres. En este paso es donde más “dilema mental” puede surgir y es que: si es algo creativo ¿no deberíamos llevarlo a cabo sin más, sin preámbulos, sin darlo más vueltas? ¿Es necesario que planifiquemos e incluso agendemos cosas tan libres, tan emocionales y que salen tan de dentro de nosotros como son nuestras ideas? Quizás así dicho pueda resultar un poco triste y desalentador, pero en muchos casos, sucede que se tiene que hacer de esta manera. Si no, se corre el riesgo de dejar de cumplir nuestras obligaciones diarias (que suelen tener que ver con el trabajo que nos da el sustento) por dar paso a esa idea que tanto nos está corroyendo o, peor, no llevarla a cabo nunca porque tenemos cosas “más importantes” o prioritarias que hacer.
Por eso, liberemos, procesemos y prioricemos nuestras ideas creativas agendándolas como si fueran una más de nuestras tareas diarias.
Sólo así las daremos un estatus tan importante como ese informe que tenemos que terminar a final de mes para nuestro cliente/jefe.
Este es uno de los primeros posts en los que vuelco una de mis dificultades para desarrollar la creatividad, uno de los principales motores de mi vida. Y lo difícil es, que siendo tan importante, apenas nos quede tiempo a veces para ella.
Y no hablo solo de la creatividad aplicada a las artes o profesiones más ligadas a ella por norma general, sino a otras muchas actividades de nuestra vida diaria. Es la que nos permite en gran medida tomarnos lo tedioso como un juego. Es la magia transformadora de las ideas que puede cambiar nuestra perspectiva de vida de forma sorprendente.
Pero no quiero desviarme demasiado, porque ya tendré mucho tiempo para hablar de la creatividad, sus facetas y sus utilidades en nuestro día a día.
Me gustaría comenzar una serie de artículos en los que poner fin a la ansiedad creativa, la ansiedad por hacer, la frustración por no hacer, por procrastinar cosas de forma constante.
Porque hasta ahora siempre he oído aquello de procrastinar tareas que nos cuestan. Hacer ese dossier donde explicamos las características de nuestro proyecto, realizar ese plan de negocio que tanto necesitamos para sentar las bases de una idea, o tareas más rutinarias de nuestro trabajo por cuenta ajena. Pero hay algo todavía mucho peor: dejar para más tarde las tareas que marcan el camino hacia aquello que nos apasiona. Pero ¿cómo es posible que nos cueste tanto dar los pasos hacia el objetivo que sabemos que nos haría feliz? La respuesta es clara: el MIEDO. Miedo a enfrentarnos a los puntos conflictivos, esos sobre los que tenemos que tomar decisiones, en definitiva, a enfrentarnos a nuestro proyecto en todas sus consecuencias y tener que definirlo con mayor claridad difuminando la nube que se ha generado en nuestra cabeza y donde nuestra idea es tan entusiasmante y genial.
Por eso, también iremos hablando cómo vencer el miedo a centrarnos en los puntos vitales de nuestros proyectos. Y, cómo no, hablaremos también de aplicar la creatividad en los momentos adecuados para apoyar todo aquello que emprendamos.
Por eso, vamos a marcar una serie de objetivos y ejercicios en un programa que espero que os ayude como a mí misma me ha ayudado para avanzar sin prisa pero sin pausa. Cada uno al ritmo que su modo de vida o sus circunstancias les permita.
Para poder combatir la ansiedad creativa, o simplemente la ansiedad ante la vida y todas las actividades que tenemos que llevar a cabo a lo largo de un día. También queremos profundizar en un sistema que personalmente me ha sacado con pinzas de un pozo en el que me metí casi sin darme cuenta. Lo que yo llamo la meditación renovada del siglo XXI: el Mindfulness.
Por eso, tenemos muchas entregas por hacer en estarenovada sección de Moove Up. Entregas sencillas, prácticas que me gustaría que siguierais para avanzar, para recorrer juntos el camino hacia los objetivos, sean grandes o pequeños que cada uno de vosotros os hayáis marcado.
En este caso, os invito a realizar el ejercicio que proponía en un post que escribí ya hace tiempo. Podéis verlo en el siguiente enlace e iremos avanzando poco a poco. Ahora me apetece que esto sea algo que surge de una forma espontánea, pero no temáis, trabajaré para poner las ideas en orden y dároslas esquematizadas y de forma sencilla, para que todos podamos tenerlas bien presentes y nos sean de ayuda. Bastante sobreinformación vivimos a diario como para estar leyendo enormes textos que no nos ayuden a sacar conclusiones y nos introduzcan una mayor ansiedad: tenemos que hacer algo, lo sabemos, pero no nos queda claro por dónde empezar.
Sólo os pido que me acompañéis, me ayudéis a trazar esta línea, que me consultéis cualquier problema y juntos buscaremos la solución. Mientras, me gustaría que me contárais cuál supone para vosotros el principal problema para avanzar hacia vuestros proyectos y metas ¿tú qué crees que debe cambiar en ti para sentir que verdaderamente estás encaminándote a conseguir tus sueños? Comenta y te aseguro que iré dándoos pautas determinadas según mis propias experiencias.
Pero una cosa quiero dejar clara antes de iniciar esta aventura, a pesar de tener parte de los estudios de psicología (que espero finalizar cuando me sea posible), no soy coach ni pretendo serlo. Simplemente he andado un camino (me encuentro en ello) y creo que tengo cosas que contar, experiencias con las que ayudar y una inquietud enorme por escribir sobre lo que me gustaría haber leído cuando empecé a perseguir mis sueños.
Por eso, espero que esto os resulte interesante y podamos recorrer este camino hacia nuestras metas juntos ¿Nos acompañamos?