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Se trata de una tienda-taller-estudio, todo al mismo tiempo, que nace con la idea y la necesidad de hacer piezas únicas al alcance de todos y además enseñar a hacerlas.
Con el propósito de encontrar mobiliario y artículos de decoración únicos, las fundadores de Erre & Emme, Miriam Mateo y Raquel Jiménez decidieron crear este espacio donde se reciclan, restauran y crean desde cero muebles y objetos decorativos únicos y singulares. Además, también se imparten cursos de pintura, dibujo, restauración… para transmitir sus conocimientos a todos los amantes de la decoración y que podamos aprender por nosotros mismos a reproducir la labor de estas emprendedoras.
Raquel es decoradora y restauradora, mientras que Miriam es escultora. Juntas, estas dos socias han transformado un local sensacional en la céntrica calle Huertas de la capital en un oasis de piezas únicas, donde la decoración y el diseño se unen para dar nueva vida a los objetos o crear piezas originales.
Trabajan con cualquier color y textura, con diferentes materiales, en proyectos propios o por encargo… Su trabajo abarca desde la renovación de muebles hasta las creaciones originales, que pueden ser encargadas por los clientes y personalizadas en función de sus deseos y necesidades. Colaboran con un forjador local, que hace la estructura metálica, y después incorporan el trabajo en madera (la mezcla de estos dos materiales, acero y madera, es característica de su trabajo) y dan los toques finales al producto resultante. Por último, en su tienda también nos encontramos piezas de otros artistas, que la usan como escaparate y punto de venta.
En cuanto al local, ubicado en el número 19 de la calle Huertas, en el Barrio de las Letras madrileño haciendo esquina con la calle Echegaray, cuenta con dos plantas: en la primera nos encontramos con la tienda, todo un despliegue de un sinfín ecléctico de objetos restaurados o vintage de otros colaboradores en el que nos encontramos muebles, textil, arte…
En la planta inferior se ubica el estudio/taller, donde elaboran sus creaciones e imparten los cursos. El espacio total, amplio y diáfano, además puede ser reservado (tanto el sótano como la planta calle) para la celebración de eventos privados. Por cierto, que nos nos despiste el rótulo de «alimentación» que llama enseguida la atención sobre el local, que han elegido conservar del anterior negocio que ocupó este establecimiento.
La visita a la tienda de Erre & Emme merece la pena solo por la curiosidad de descubrir la gran y variada cantidad de objetos únicos que llenan el espacio, y si además participamos en uno de sus talleres de restauración o pintura y dibujo tendremos la oportunidad de compartir con estas creadoras sus conocimientos y técnicas.