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Hasta hace relativamente poco una gran mayoría de la sociedad desconocía el estilo de vida denominado Amish. En los últimos años con la evolución de los medios de comunicación hemos tenido acceso a él y a ciertos conocimientos sobre su origen, pero sigue siendo un gran desconocido. Por ello hoy nos adentraremos en este estilo tan singular, el cual puede ser todo un referente a la hora de decorar nuestros hogares.
Los amish son un conjunto de cristianos anabaptistas caracterizados por un estilo de vida muy simple, en el que sobreviven de forma modesta prescindiendo de las comodidades de las que se goza con la modernidad. Lo que mas resalta de ellos son su aspecto físico. Sus vestimentas son sencillas y tradicionales, y puede dar la sensación de que viven en el pasado. Son inmigrantes germanos, en su mayoría suecos de habla alemán. Todos ellos se encuentran asentados en Estados Unidos y en Canada, pero no en el núcleo de las ciudades sino apartados de ella, aislándose del mundo exterior. Poseen valores que defienden como el pacifismo y la humildad en sus estilos de vida.
Las peculiaridades de estos cristianos podrían ser el seguir haciendo uso del caballo como medio de transporte, no utilizar apenas electrodomésticos o dedicarse únicamente a dos empleos posibles, trabajar en el sector agrícola para cubrir las necesidades básicas o fabricar muebles de este estilo para venderlos, todos hechos a mano, sin ningún tipo de maquinaria, lo que le da un mayor valor en el ambiente moderno.
El material que emplean para la construcción de sus muebles es la madera. Cada pieza del mueble se crea de forma separada, siendo única. Utilizan los mismos métodos para su construcción que los que utilizaban sus antepasados 100 años atrás. Gran parte de sus muebles poseen líneas rectas dando un aspecto clásico y atemporal, adquiriendo una especial elegancia, ya que la madera empleada siempre suele ser de alta calidad.
Cuando hablamos del estilo Amish en cuanto a decoración nos referimos al empleo de muebles artesanales para las diferentes partes de la casa, echos en roble, arce castaño, nogal o cerezo. La decoración que presenta este estilo es muy rústica haciendo acogedor cada espacio de la casa. Los tonos de las paredes que suelen acompañar a este estilo suelen ser colores claros: blancos, beige, azules, verdes o incluso amarillos.
En la actualidad compramos diferentes muebles que suelen ser sustituidos por otros en pocos años, debido a la escasa calidad que presentan. Pero una de las principales ventajas de la decoración Amish es la alta calidad de sus materiales, que mencionamos anteriormente, ya que poseen una resistencia muy superior a las que podemos encontrar hoy en día.
En ocasiones este estilo puede transmitirnos la sensación de situarnos en el pasado, pero no por ello exime de la ausencia de la originalidad de la que pueden disfrutar los diferentes elementos decorativos. Puesto que al ser hechos a mano no solo son exclusivos sino que pueden ser muy originales.