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Queríamos comenzar la semana con otra exposición de fotografía en Madrid. La Fundación Mapfre recoge siete décadas de trabajo de la fotógrafa Imogen Cunningham en una retrospectiva de 200 fotografías en las que se repasa su trayectoria, desde sus primeras obras a las más consagradas.
Esta exposición dedicada a la artista estadounidense, es la más completa de todas las realizadas hasta ahora. Entre las 200 imágenes se encuentran algunas inéditas o apenas expuestas anteriormente que se encuentran agrupadas en cuatro temas: «retratos«, «flores, paisajes, bodegones«, «el cuerpo y la danza» y «vida y arquitectura urbanas«. Por tanto, la muestra supone un acercamiento global a su forma de trabajo, reflejando qué retrataba y cómo.
Cunningham es una de las figuras más importantes de la fotografía del siglo pasado y fue clave en la formación del modernismo. Siempre apostó por la innovación. Autodidacta e inquieta, eligió dedicarse a la fotografía y trabajar fuera de casa, impropio en una mujer a principios del siglo XX.
Comenzó a interesarse por este arte en la universidad, a los 20 años, al descubrir una imagen de G.Kasebier. Fue entonces cuando se compró una cámara con la que empezó a fotografiar por el campus, inmortalizándose a sí misma desnuda sobre la hierba. Su primer reconocimiento internacional llegó cuando participó en la exposición Film und Foto en 1929, que contó con naturalezas y desnudos que ella había retratado.
Los desnudos son sus trabajos que más popularidad han cosechado. De hecho, fue pionera en fotografiar el desnudo masculino. Los retratos de su marido, Roi Partridge, fueron transgresores en la sociedad conservadora de la primera mitad del siglo XX.
Sus fotografías tienen como base la belleza y están cargadas de emociones. Retrataba la naturalidad. La comisaria de la exposición es Celina Lunsford, se puede visitar en la sala Azca de la Fundación Mapfre, en Madrid, hasta el 20 de enero y la entrada es gratuita.