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El pintor francés mostrará en Barcelona desde el jueves 13 su icónica obra El confinamiento, seleccionada para formar parte de la colección del Museo del Louvre y otras de sus pinturas recientes en Nass, un nuevo restaurante-galería.
13 oct -20 oct . Nass Diagonal 93 .Barcelona. Vernissage 13 oct 19h.
Desde que se supo que El Confinamiento, la obra icónica de este pintor autodidacta, nacida en mitad de la pandemia, había sido seleccionada por el Carrusel del Museo del Louvre, la exposición ha viajado por distintas ciudades europeas y llega esta semana a Barcelona.
En ella se podrá ver la obra reciente de Jean David Mouveau y muy especialmente la que ha sido adquirida por el museo más famoso del mundo en el que ingresará formalmente este 23 de octubre. Como cada año el Carrusel del Louvre selecciona las obras más destacadas que han aparecido en el mercado para que pasen a formar parte de su colección.
Pero antes, desde el próximo 13 de octubre habrá unos cuantos días para poder saborearla en Barcelona en el restaurante-galería Nass, el nuevo espacio expositivo que propone este nuevo restaurante de acentos mediterráneos, situado en la nueva zona de negocios de la Diagonal.
La obra nació, como su nombre indica, en los tiempos de pandemia y confinamientos generales. Tras su paso por Tarragona este mes de agosto y ahora en Barcelona, será expuesta en el Louvre de París el 23 de octubre después de un tour que lo ha llevado por varias ciudades europeas. La obra de Mouveau ha interesado mucho a los coleccionistas españoles que han comprado varios de sus cuadros.
El pintor, nacido en St Germain en Laye (Francia) en 1972, viene de una familia de artistas de varias generaciones. Su padre Antoine Mouveau era anticuario y un apasionado de la pintura, su abuelo, Pierre Mouveau, pintor e ilustrador de libros así como su mujer Simone también dedicada a la pintura, su bisabuelo fue jefe de decoración de la Ópera Garnier de París.
Así que Jean David creció rodeado de este ambiente y recuerda que desde muy niño acompañaba a su abuela a pintar: le hacia de modelo o le portaba el material, los pinceles y los óleos. “Ella me explicaba todo lo que hacía, el color, la perspectiva… En casa estaba rodeado de cuadros, ese era mi universo”.
Más tarde, ya adulto, Jean-David se dedicó a la pintura; de la noche a la mañana se desató su productividad y apostó por un estilo personal no figurativo: jugó con las formas, los colores y poco a poco alcanzó un excelente nivel.
Recientemente contó desde sus pinturas la llegada del Covid y sus pacientes, antes, durante y después de la pandemia y continúa en este camino pictórico con gran diligencia y pasión. Con los años, se ha convertido en un artista que comienza a tener un gran reconocimiento.
Su obra ha empezado a impactar a las galerías internacionales y tras la adquisición de su obra icónica, El Confinamiento por el Museo del Louvre se prevé que se disparará su cotización.