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Dos profesionales del sector, Elke Vogelsang y Rebecca Leimbach, tienen algo en común: en su portfolio cuentan con un excelente trabajo donde los modelos son algo diferentes. Se trata de fotografías con perros, capaces de mostrar las virtudes de estos animales.
La iniciativa de Elke Volgerlsang, artista alemana, pasa por mostrar a sus tres mascotas: Loli, Scout y Noodles (Fideos) en actitudes divertidas. La fotógrafa, dedicada a retratar personas, bodas y animales, se decanta por sus compañeros de viaje para explotar el abanico de expresiones faciales.
La locura, la felicidad, el hambre, el cariño o el ensimismamiento son algunas de las sensaciones y emociones que podemos apreciar en las imágenes. Pero la cosa no acaba ahí, sino que Vogelsang se aprovecha de la confianza y fidelidad de los canes para crear juegos visuales donde los perros acaban convertidos en piratas, aviadores, seguidores de la moda o equilibristas.
El truco reside en compensarles por su obediencia a través de golosinas o un merecido tiempo de juego, algo que, de acuerdo a las instantáneas que vemos hoy aquí, parece funcionar y no les molesta en absoluto. El resultado es una serie fotográfica creativa, una mirada más profunda y divertida del que siempre se ha considerado el mejor amigo del hombre.
Y tomando este concepto, el perro como mejor compañero, Rebeccca Leimbach ha querido plasmar la hermosa relación entre una niña, su hija Harper, y su pequeño bulldog francés, Lola. Ambos adorables, les vemos crecer a través de las capturas progresivas en el transcurso de tres años. Un camino que recorren de la mano donde el perro no es sino el amigo fiel presente en todas las actividades cotidianas.
Juegos, sesiones de disfraces, carantoñas, comidas… son muchas las escenas representadas que levantan la ternura del espectador. Un dúo que parece inseparable tras el objetivo de Leimbach. La imposibilidad de aumentar la familia y darle a Harper un hermano, hicieron que la madre y autora de la obra se decantara por añadir la mascota como un miembro más. Desde entonces, el vínculo creado es innegable y este proyecto personal lo transmite.
Aunque en diferentes líneas de trabajo, en ambos casos se recoge la cara amable de los perros. Por un lado, su ingenuidad y confianza en los dueños dejándose llevar por cualquier juego, y por otro, la relación de protección y amistad que desarrollan en torno a sus amos.