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Madrid se ha convertido en el centro mundial del surrealismo con la inauguración de la esperada exposición Max Ernst: Surrealismo, Arte y Cine, que abre sus puertas hoy, 5 de diciembre, en el Círculo de Bellas Artes.
Esta muestra, inédita a nivel global, ofrece una perspectiva completamente nueva sobre la vida y la obra del aclamado artista alemán Max Ernst, a través de su relación con el cine, un medio que jugó un papel crucial en su proceso creativo y en la evolución del surrealismo. La exposición, comisariada por Martina Mazzotta y Jürgen Pech, promete cautivar tanto a especialistas como a público general con un enfoque innovador sobre este icono del arte vanguardista.
Un enfoque inédito sobre Max Ernst y su conexión con el cine
La exposición Max Ernst: Surrealismo, Arte y Cine se adentra en el vínculo que existió entre el artista y el séptimo arte a lo largo de su prolífica carrera. El cine, en todas sus formas, estuvo presente de manera constante en la vida de Ernst, desde su participación como actor y miembro de jurados cinematográficos, hasta su colaboración en la creación de premios para cineastas como Roman Polanski y Jan Švankmajer. Pero además de su implicación profesional, el cine también fue una fuente de inspiración creativa para sus obras.
Max Ernst no solo fue un pintor y escultor influyente, sino también un innovador que buscó constantemente nuevas formas de expresión. El cine, como medio emergente en el siglo XX, ofreció a Ernst un canal adicional para explorar sus inquietudes artísticas, incorporando a su obra elementos de la puesta en escena, la narrativa visual y la abstracción. Esta exposición, que incluye fragmentos de películas surrealistas y cine experimental, pone de relieve cómo las técnicas cinematográficas y su enfoque visual se entrelazaron con sus famosas obras pictóricas y escultóricas.
Un recorrido de 400 piezas: pintura, escultura y cine
Con cerca de 400 piezas de gran valor histórico, la exposición ofrece un recorrido inmersivo a través de la evolución artística de Max Ernst. Se pueden admirar pinturas emblemáticas como Las tentaciones de San Antonio (Museo Lehmbruck, Duisburgo) y Las hijas de Lot (Colección Pietzsch, Berlín), así como esculturas como Homme (Museo Max Ernst, Brühl). Además, la muestra presenta una selección de fotografías originales, libros ilustrados, collages y frottages, todos ellos elementos clave en la propuesta surrealista de Ernst.
Pero la verdadera novedad de esta muestra radica en su capacidad para fusionar el cine con el arte visual. Se proyectan fragmentos de algunas de las películas más influyentes de la historia del cine surrealista, como Un perro andaluz y La edad de oro de Luis Buñuel, así como Los sueños que el dinero puede comprar de Hans Richter y el Max Ernst – Mi vagabundeo, mi inquietud de Peter Schamoni. Además, se presentan cortometrajes inéditos como Una semana de bondad de Jean Desvilles y Maximiliana de Peter Schamoni, lo que ofrece una experiencia única e inmersiva para el visitante.
Max Ernst: Un creador multidisciplinario
Max Ernst (1891-1976) fue un artista excepcionalmente prolífico y polifacético, cuyas exploraciones abarcaron desde la pintura y la escultura hasta la poesía y el cine. Su participación en el movimiento dadaísta y, posteriormente, en el surrealismo, le permitió experimentar con nuevas técnicas y formas de expresión. Si bien es más conocido por sus pinturas, como las de sus famosos collages y frottages, su relación con el cine fue igualmente vital para su desarrollo artístico. Como actor y diseñador de premios cinematográficos, su influencia en el cine surrealista fue incuestionable, y su capacidad para transformar la percepción visual se extendió a la pantalla.
La investigación detrás de la exposición: Un enfoque científico
Esta exposición no solo es una muestra de las obras de Max Ernst, sino también un resultado de una exhaustiva investigación llevada a cabo por los comisarios Martina Mazzotta y Jürgen Pech. Ambos expertos han realizado una profunda indagación sobre la interrelación entre el arte de Ernst y el cine, lo que ha permitido desarrollar un enfoque inédito y riguroso sobre la figura del artista. Mazzotta, historiadora del arte e investigadora en el Warburg Institute de Londres, y Pech, excomisario del Museo Max Ernst de Brühl, han aportado una perspectiva crítica sobre el impacto de Ernst en el arte y el cine del siglo XX.Una programación especial en el Círculo de Bellas Artes
Esta exposición forma parte de un extenso programa cultural en el Círculo de Bellas Artes para conmemorar el centenario del Manifiesto del Surrealismo de André Breton, publicado en 1924. Aparte de Max Ernst: Surrealismo, Arte y Cine, se ofrecerán otras actividades que exploran el legado surrealista, como la muestra Salvador Dalí: Bacchanale a partir del 19 de diciembre, que incluirá los telones originales diseñados por Dalí para el ballet homónimo. Además, del 22 de diciembre al 6 de enero, se celebrará el programa Navidades Surrealistas, con actividades para toda la familia en un ambiente que invita a la imaginación y la creatividad, al estilo de los surrealistas.
Una experiencia inmersiva y única
La exposición Max Ernst: Surrealismo, Arte y Cine en el Círculo de Bellas Artes ofrece una experiencia única que combina lo mejor del surrealismo, el arte y el cine. Con una cuidadosa selección de más de 400 piezas y una serie de proyecciones cinematográficas, los visitantes podrán descubrir una nueva faceta de uno de los artistas más importantes del siglo XX.
Esta exposición no solo ilumina la vida y obra de Max Ernst, sino que también ofrece un espacio para reflexionar sobre la profunda conexión entre el arte visual y el cine, y cómo ambos medios se han influido mutuamente a lo largo de la historia. Sin duda, una cita imperdible para los amantes del arte y el cine en Madrid.
Las piezas imprescindibles de Max Ernst conectadas con el Séptimo Arte
A continuación se enumera una selección de obras de Max Ernst conectadas con otras piezas presentes en la exposición que permiten profundizar en el conocimiento sobre la relación del artista con el cine:
- Max Ernst, El imán está cerca sin duda, ca. 1923, tinta sobre papel, 17,3 x 169 cm, Colección privada
El encuentro de los amigos de Christian Bau (1991).
Un ejemplo magnífico de dibujo automático, que refleja la poesía visual de Ernst y que, de algún modo, forma parte del linaje del cine: los dibujos requieren un enfoque similar al de la linterna mágica o al montaje cinematográfico. En esos mismos años, antes de la publicación del Manifiesto Surrealista, Ernst pinta otra obra maestra proto-surrealista, celebrando la amistad y las afinidades electivas: Au rendez-vous des amis (1922). La exposición ofrece la oportunidad de conocer esta obra junto al extraordinario documental sobre su historia, Das Rendezvous der Freunde de Christian Bau (1991), que se proyecta en una pequeña sala de cine. - Max Ernst, La rueda de la luz, ilustración XXIX de Histoire naturelle, París, 1926, fotograbado, 43 x 26,5 cm, Colección privada
Peter Schamoni, Max Ernst: Mein Vagabundieren – Meine Unruhe, 1991.
La serie completa que aquí se presenta es la obra maestra de Ernst, donde lleva la invención del frottage a su máximo esplendor. El interés del artista por las ciencias naturales, su fascinación por el hermetismo y su reinterpretación del Génesis bíblico se celebran en esta obra. Todo ello quedó plasmado también en el trabajo del cineasta Peter Schamoni, autor del documental fundamental Max Ernst: Mein Vagabundieren – Meine Unruhe, estrenado en 1991 para conmemorar el centenario del nacimiento del artista. - Max Ernst, La mujer 100 cabezas, París, 1929, Colección privada
Eric Duvivier, La mujer 100 cabezas, 1967.
La femme 100 têtes, que puede describirse como el manifiesto visual del surrealismo, se convirtió en la fuente de inspiración para el mediometraje homónimo de Eric Duvivier, casi cuarenta años después, en 1967. - Max Ernst, El fantasma de la repoblación, 1929, ampliación fotográfica de un collage, 97,4 x 88,9 cm, Colección Ella y Jannis
Max Ernst como jefe de ladrones en una escena de la película La Edad de Oro de Luis Buñuel y Salvador Dalí, París, 1930, Colección privada.
Una obra única de gran formato que resultó dañada por las provocaciones de la Ligue des Patriotes (Liga de los Patriotas) durante el estreno de la película L’Âge d’Or en París en 1930, se presenta aquí junto a otros trabajos y diverso material relacionado con aquel evento. En 1930, Ernst participó como actor en el segundo filme surrealista de Luis Buñuel, cuyo guion fue escrito en colaboración con Salvador Dalí. Sin embargo, su implicación no se limitó a actuar: la exposición revela el intercambio mutuo entre el arte de Max Ernst y el cine. - Fotogramas de la película Retrato de Max Ernst. Película ilógica de Julien Levy, París, junio de 1932
Max Ernst, fotogramas de frottages para René Crevel, Mr. Knife Miss Fork, The Black Sun Press, París, septiembre de 1931, ilustraciones 1, 5, 8 y 19, cada una de 18 x 12 cm, Museo Max Ernst, Brühl.
La exposición permite descubrir por primera vez dos cortometrajes: Portrait de Max Ernst. Film illogique, dirigido por Julien Levy, el legendario galerista estadounidense, en 1932. Ambos se presentan ante el gran público por primera vez. También estuvieron implicadas Lee Miller y la editora y empresaria Caresse Crosby. Crosby publicó en 1931 Mr. Knife Miss Fork de René Crevel, ilustrado por Max Ernst en colaboración con Man Ray, como un homenaje a la editora y a su lucha por liberar el cuerpo femenino del corsé. - Max Ernst, Una semana de bondad, primer cuaderno, “El león de Belfort,” París, 1934, Colección privada
Fotogramas de la película Una semana de bondad de Jean Desvilles, 1961.
En 1933, Ernst creó una de sus obras maestras, que aquí se presenta en su totalidad: el roman-collage Une semaine de bonté. La primera exposición pública de los collages originales de esta obra tuvo lugar en Madrid en 1936. En el documental Max Ernst. A self-portrait (1967) de Hannes Reinhardt, el propio artista recordaba con gratitud que estas obras habían sido salvadas milagrosamente durante los bombardeos en España. La exposición ofrece la oportunidad única de asociar la obra con su transposición cinematográfica en el filme de Jean Desvilles Une semaine de bonté (1961). - Max Ernst, Jardín poblado de quimeras, 1936, óleo sobre lienzo, 42 x 56,4 cm, Colección privada
Max Ernst, A las antípodas del paisaje, 1936, óleo sobre lienzo, 46 x 55 cm; Colección privada, Stuttgart.
Dos impactantes obras de 1936, donde Ernst combina paisajes naturales, figuras humanas y diversas referencias culturales, mientras ofrece una interpretación visionaria de la era de las dictaduras que desembocarían en la Segunda Guerra Mundial. - Sheila Ward, hoja de contactos 2 con fotograma #16 de la película de Hans Richter Sueños que el dinero puede comprar, Nueva York, 1945, Colección Dietmar Siegert, Múnich
Max Ernst, Las hijas de Lot, 1943, óleo sobre lienzo, 35,3 x 27,7 cm, Colección de Ulla y Heiner Pietzsch, Berlín.
El punto culminante entre la carrera artística de Max Ernst y el cine se encuentra en Dreams That Money Can Buy, la película experimental en color dirigida por el artista Hans Richter en 1947. Ernst participa como actor y director del primer episodio (los demás son de Fernand Léger, Man Ray, Marcel Duchamp, Alexander Calder y Hans Richter). Una sección de la exposición celebra esta obra maestra a la luz de las muchas piezas de Max Ernst presentes en la película. Por ejemplo, durante la investigación para la exposición, se identificó por primera vez la obra que aparece colgada en el lateral derecho del escenario principal como el cuadro Lot’s Daughters (1943). - Max Ernst, La tentación de San Antonio, 1945, óleo sobre lienzo, 108 x 128 cm, Museo Lehmbruck, Duisburgo
Fotogramas de la película Los asuntos privados de Bel Ami de Albert Lewin, 1947.
Una obra maestra absoluta de Max Ernst, ganadora en 1946 del concurso (en el que también participaron Dalí, Carrington y Tanning) para elegir la pintura que se incluiría en la producción de Hollywood The Private Affairs of Bel Ami de Albert Lewin. Max Ernst fue galardonado por un jurado compuesto por Marcel Duchamp, el historiador del arte Alfred H. Barr Jr. y el galerista Sidney Janis, por haber tomado como modelo una obra de la historia del arte: la pintura de Matthias Grünewald (1512–16). - Max Ernst, Rit, Sept microbes (6), c. 1951, óleo sobre papel, 2,4 x 3 cm, Colección privada, Stuttgart
Bob Towers, Max Ernst trabajando en sus microbios, Sedona, Arizona, 1951, 18,7 x 17,3 cm, Colección privada.
Los extraordinarios Microbios son paisajes en miniatura realizados mediante decalcomanía, tan pequeños como una uña del pie, que Ernst definía como “bacterias para alimentar el cerebro”. Max Ernst trabajó en sus Microbios generosamente frente a la cámara de Bob Towers (1951) y en el documental de Peter Schamoni Max Ernst: Mein Vagabundieren – Meine Unruhe (1991). - Max Ernst, Juego de ajedrez, 1944, 16 figuras de nogal, 16 figuras de arce, altura entre 5 y 15 cm, Colección privada, Colonia
Bob Towers, Max Ernst y Dorothea Tanning jugando al ajedrez, Sedona, Arizona, 1951, Colección privada.
Para Max Ernst, “la escultura es más un juego que la pintura. En la escultura, ambas manos participan, como en el amor”. El ajedrez se celebra en la exposición con un entorno lúdico donde se presentan piezas únicas, entre ellas el exclusivo juego de ajedrez diseñado en madera de nogal y arce. Esta sección también celebra el filme de Hans Richter 8×8. A Chess Sonata in 8 Movements (1956/57), una colaboración cinematográfica entre varios artistas de vanguardia: Max Ernst, Dorothea Tanning, Marcel Duchamp, Richard Huelsenbeck, Julien Levy and Yves Tanguy. - Max Ernst, Homme, 1960, bronce, 28 x 12 x 10 cm, Museo Max Ernst, Brühl
Fotogramas de la película Historia Naturae, Suite de Jan Švankmajer, 1967.
La exposición reúne por primera vez todos los trofeos que Max Ernst diseñó para los diversos premios cinematográficos con los que estuvo involucrado como jurado (grandes directores aparecen entre los ganadores, como Roman Polanski). La escultura de bronce Homme fue otorgada entonces al cineasta checo Jan Švankmajer en 1968, quien al año siguiente dirigió el filme en color Historia Naturae, Suite, que aborda el tema de la historia natural y la relación entre humanos y animales de manera irónica, haciendo principalmente referencia a Histoire Naturelle de Max Ernst. - Max Ernst, Maximiliana o El ejercicio ilegal de la astronomía, 1964, páginas dobles 12, 16 y 27, Colección privada
Max Ernst, El superviviente, 1968, collage, óleo, gouache y carboncillo sobre tela, 75 x 52,5 cm, Colección privada
Marlies Schnetzer, Max Ernst escribe su carta a Peter Schamoni, Seillans 1965, Museo Max Ernst, Brühl.
La exposición presenta en una muestra cósmica y en su totalidad uno de los libros de artista más finos e importantes del siglo XX: Maximiliana ou L’Exercice illégal de l’astronomie (1964), donde se combinan palabras, imágenes, poesía, ciencia y “criptografías,” es decir, escrituras secretas. La exposición ofrece la oportunidad única de contemplar la visión de toda la instalación con el cortometraje que Peter Schamoni dirigió en 1966, Maximiliana, en el que Ernst participó como guionista, protagonista y destinatario. - Max Ernst, La balada del soldado, 1972, ilustraciones XVIII, XX, XXII, XXXI, XXXIII y XXXVI, litografías, cada una de 38,5 x 28 cm, Colección privada
Eduard Trier, El nuevo estudio, Seillans, 26 de septiembre de 1970, Colección privada.
Las treinta y seis litografías de La ballade du soldat de 1972, producidas para ilustrar el poema concreto de Georges Ribemont-Dessaignes, se presentan aquí en una instalación inmersiva que incluye la secuencia de la película Histoires naturelles: Max Ernst (1972), dirigida por Gérard Patris, en la que el artista recita el poema y “camina” a lo largo de él: una actuación sobresaliente, llena de ironía y digna del “Teatro para el Aprendizaje” de Bertolt Brecht. Y el atractivo artístico de Max Ernst, en sus últimos años, contra la guerra.
Nota final: Una de las características más inusuales de la producción de Ernst es que él mismo creó todos los catálogos e invitaciones para sus exposiciones, comenzando en 1930. A partir de 1950, hubo un aumento exponencial en su producción gráfica, con más de 500 obras publicadas individualmente en aproximadamente 80 volúmenes, portafolios, mapas y revistas. Todas se exponen en Madrid.