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La piel es el órgano más extenso que tiene el ser humano. Cubre todo el cuerpo y, además, es el más afectado por las agresiones externas. Un buen cuidado de la piel no implica únicamente un buen estado de salud, sino que está íntimamente relacionado con la mejora de la autoestima y la autoconfianza al conseguir un mejor aspecto estético y de belleza.
La dermatología es la rama de la medicina que estudia, diagnostica y trata las enfermedades que afectan a la piel y se vinculan a ella. Su objetivo es prevenir patologías y evitar que estos problemas vayan a más y acaben afectando a estructuras internas en el organismo.
Cuando hablan de dermatología médico-quirúrgica los expertos hacen referencia a los tratamientos que implican el paso por el quirófano para mejorar la salud, pero también otros métodos que resultan menos invasivos, simplemente de carácter médico. En esta rama de la medicina es también importante señalar la salud capilar, pues el cabello es una estructura íntimamente ligada a la piel.
Dermatología médico-quirúrgica: Tipos y Beneficios
La lista de enfermedades que afectan a la piel es muy variada, desde el acné a la psoriasis pasando por varios tipos d dermatitis, la urticaria o los eczemas. La rosácea, el tratamiento de las varices o la salud del cabello son otros ejemplos de afección muy comunes.
No obstante, el problema que reviste más gravedad, habitualmente, es el cáncer de piel. En los últimos años se han incrementado los procesos oncológicos que afectan a este órgano en el cuerpo.
En gran medida, este crecimiento de casos se debe a la exposición solar y la presencia de contaminantes en el ambiente. Los dermatólogos tienen como misión investigar y proponer tratamientos y cuidados que combatan la aparición de estas enfermedades y que reduzcan los efectos más negativos del envejecimiento.
En este sentido, como norma general, se puede hablar de hasta cinco especialidades dentro de la dermatología médico-quirúrgica: general, pediátrica, de contacto, oncológica y las reacciones a fármacos.
En esta disciplina diferenciamos los procedimientos terapéuticos de los procedimientos diagnósticos. Además, existe un apartado extra que gana cada vez más interés, la dermatología estética.
Dermatología estética: Innovación y tratamientos avanzados
A diferencia de la dermatología médico-quirúrgica, que pone el foco en la salud, las unidades de dermatología médico-estética desarrollan tratamientos destinados a mejorar la imagen de los pacientes.
No obstante, la salud también juega un papel esencial. De hecho, en muchos casos, los tratamientos como la blefaroplastia o las técnicas destinadas a retrasar el envejecimiento, tienen como objetivo añadido impulsar la salud de la piel y a nivel interno.
Algo en lo que coinciden todas estas intervenciones es que son mínimamente invasivas, permiten a las personas que se someten a ello recuperar la normalidad en vida en cuestión de días. A su vez, muchas de estas técnicas son ambulantes, luego no requieren la permanencia del paciente en el centro o la clínica.
La Clínica dermatología CDI (Clínica Dermatológica Internacional), es un referente en muchos de estos tratamientos, tanto médico-quirúrgicos como de tipo estéticos. Se trata del primer Hospital de la piel líder europeo en láseres dermatológicos, tratamiento del cáncer de la piel y dermatología estética.
Cuidados personales de la piel ¿Qué debo saber?
Más allá de acudir a la dermatología médico quirúrgica o de tipo estético, todas las personas pueden actuar frente a problemas futuros en la piel con buenos hábitos de vida y rutinas correctas de protección solar e hidratación.
El sol es uno de los agentes más peligrosos para la salud de la piel. Una exposición constante a los rayos solares provoca manchas, arrugas y un aumento de las opciones de padecer cáncer. El tabaquismo es otro de esos hábitos a evitar.
Fumar estrecha los vasos sanguíneos, lo que dificulta el flujo sanguíneo y la oxigenación celular, así como la llegada de nutrientes que son importantes para la piel. Por otra parte, el tabaco daña el colágeno y la elastina, que son proteínas que fortalecen y aportan elasticidad a la piel.
Una tercera recomendación es tratar la piel con suavidad, con hábitos correctos de higiene que sean suficientes, pero no excesivos, humectando la piel si está excesivamente seca y no utilizando jabones que sean muy fuertes, pues acabarán eliminando los aceites naturales del cuerpo.
Finalmente, no olvides mantener una dieta saludable, con frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras como base. E intenta alejarte de episodios de estrés y ansiedad que pueden desembocar en problemas cutáneos.