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¿Qué son los moodboards?
El concepto moodboard se puede definir como un conjunto de elementos visuales o “collage” que tienen algo en común y se complementan entre sí. Estos elementos son variados (imágenes, textos, colores, materiales o telas) y pueden ser digitales o físicos.
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Cada moodboard es único y es creado desde cero, de acuerdo con los intereses, personalidad, gustos, aficiones y objetivos de quien o quienes lo crean. Además, se pueden utilizar para fines diversos, ya sea de manera profesional o personal.
¿Cómo los moodboards nos pueden ayudar en el diseño y la decoración?
Los moodboards son herramientas útiles en el mundo del diseño y la decoración ya que nos permiten representar y comunicar una idea o un concepto de una manera muy completa y visual.
Generalmente, los cineastas, fotógrafos, ilustradores, diseñadores y todos los profesionales dedicados al mundo del arte visual utilizan los moodboards como principal referencia visual para comunicar a los clientes o a las personas que van a formar parte de un proyecto concreto la percepción de una idea, que va desde la paleta de colores hasta el estado de ánimo. Es una parte esencial en el proceso creativo y que sin duda contribuirá positivamente en los resultados finales.
No hay un solo diseñador de interiores que no haya tenido problemas para comunicar sus ideas de diseño a los clientes. Por ese motivo, los moodboards son una buena manera de compartir sin malinterpretar ideas o desviarse de la dirección.
Ventajas de hacer un moodboard
- Nos ayudan a tener las ideas y los conceptos más claros: A parte de que nos ahorra mucho tiempo en preproducción, esta es la ventaja principal de los moodboards, especialmente en el ámbito profesional.
- Comunicación efectiva y rápida: como ya hemos explicado anteriormente, es un proceso de gran utilidad en la comunicación y transmisión de ideas.
- Desarrolla tu creatividad: El primer paso para crear un moodboard es conocerse y buscar inspiración, tanto digital como en el exterior. Sólo con eso, es inevitable que observemos a nuestro alrededor con otra mirada, sacando la creatividad que todos llevamos dentro.
- Tienen un carácter fluido: Bien es cierto que pueden transcender múltiples medios y dimensiones, pues el hecho de que el diseño final sea digital, no significa que el moodboard tenga que serlo también.
- Permiten la involucración de los clientes: Profesionalmente, ayudan a dirigir el proyecto en la dirección correcta, ahorran tiempo y, además, los resultados son más efectivos. Observa con atención a los clientes y ten en consideración sus ideas siempre.
- Es accesible para todo el mundo: Al resultar tan funcionales, se pueden llegar a utilizar en cualquier situación personal y profesional. Los estudiantes de diseño, los fotógrafos, los bloggers, los aficionados, los diseñadores web o incluso para el marketing es un paso que no puede faltar nunca.
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Cómo hacer un moodboard sin ser profesional
Se pueden crear moodboards para muchísimos proyectos diferentes, ya sea para definir la personalidad de una marca, organizar el estilo de un evento, diseñar el interiorismo de un espacio, para resumir algún proyecto personal, o incluso para comunicar diferentes ideas o para recordarnos a lo que aspiramos y que nos sirva para motivarnos.
Quizás al principio es complicado arrancar y encontrar ese estilo que buscamos para nuestro moodboard, pero siguiendo el orden de estos pasos que te dejamos a continuación, seguro que todo te resulta mucho más fácil:
1. Define en tu cabeza la idea: Antes de empezar a crear un moodboard, es fundamental saber lo que quieres transmitir. Los moodboards deben de captar el sentimiento que quieres que tu proyecto tenga en relación con la imagen. No te limites a un solo concepto, mantén la mente abierta, estudia bien la dirección que quieres que tome tu proyecto (si es necesario, se puede incluso agregar cualquier contenido escrito que tengas). Una vez que hayas definido la idea, es muy recomendable asignar un título al moodboard y algunas palabras claves que creas que van a ayudarte a definir tu proyecto.
Sólo de esta manera, ahorrarás tiempo, evitarás constantes modificaciones y empezarás a crear tu moodboard con una idea bien enfocada.
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2. Buscar inspiración visual: Si eres el tipo de persona que tiene una colección de imágenes en una biblioteca de inspiración, este es el momento para utilizarlas. De no ser así, en Internet o en plataformas de inspiración como Pinterest, Behance o Dribbble, puedes encontrar muchas ideas que te ayudarán a tu creatividad. De hecho, si tecleamos en los buscadores de estas plataformas las palabras clave que hemos definido anteriormente, encontraremos ideas mucho más rápido.
Los elementos que van a formar parte de tu moodboard los eliges libremente (imágenes, texturas, colores, tipografías, objetos, frases, etc). No te preocupes demasiado por organizar o elegir un número concreto de imágenes, ese paso viene más adelante y, además, tampoco tienen por qué ser las definitivas. Recuerda que cualquier cosa es válida, lo importante es que te inspiren y creas que serán adecuados para tu proyecto.
3. Selecciona una plataforma de creación: Los moodboards se pueden realizar en físico o en digital, eso va con el gusto de cada uno.
Para realizar un moodboard en físico puedes utilizar cartón o tableros para la base, revistas y periódicos para recortar, juegos de papelería, cartulinas, post-its y todo material que creas útil.
Por otro lado, si prefieres hacer un moodboard en digital, puedes ayudarte de algunas herramientas gratis como Canva, Pinterest o Niice, entre muchas otras. Todas ellas están especialmente diseñadas para facilitar la creación de tableros de inspiración donde disponen de muchas plantillas con estructura diferentes que ayudarán a guiarte.
4. Haz selección y descarta, sin miedo: Ha llegado el momento de ordenar y colocar las imágenes seleccionadas. Recuerda que la creatividad es un acto de constante transformación, por eso tómate tu tiempo, atrévete a jugar con los espacios, a combinar ideas y elementos según la jerarquía. Cambia de tamaño y de posición los elementos tantas veces como sea necesario. Este proceso no se trata de hacerlo en 24 horas, nunca se sabe cuándo o dónde encontrarás la inspiración, por eso es recomendable hacerlo en varios días y de esta forma es mucho más fácil filtrar las ideas, asentar conceptos y buscar varias fuentes de inspiración. Durante el proceso, te darás cuenta de que muchas imágenes seleccionadas no encajan, así que todo lo que no te convenza, descártalo. Con tiempo, encontrarás los elementos que mejor expresarán tu proyecto.
5. Toque final: Una vez tengas todo colocado, repásalo varias veces. Asegúrate de que el resultado es un conjunto coherente y pulido, que te guste tanto que no puedas dejar de mirarlo y que te sientas orgulloso/a de tu creación. ¡A partir de tu moodboard se viene algo grande!
6. Crea más de un moodboard para un solo proyecto: En algunos casos puede que un solo moodboard no sea suficiente en cuestiones organizativas. En este caso, es buena opción dividir el proyecto en diferentes categorías en diferentes categorías y lanzar moodboards diferentes para cada uno de ellos (iluminación, decoración, dormitorios, cocina, muebles, etc).
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La creación de moodboards es de los pasos de trabajo favoritos de muchos profesionales artísticos, en parte por el proceso tan dinámico que tiene. Si tienes un proyecto en mente, anímate a empezarlo por fin con un moodboard, ¡no tengas miedo a explorar y sacar la creatividad que tienes dentro!
Imágenes recogidas en: Depositphotos y Canva