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Muy pocas personas pueden decir que no les guste el café, pero el resto, una amplia mayoría (o eso creemos), no concibe su casa sin una buena cafetera que inunde de olor a esta cálida bebida que convierte, de forma automática, esa casa en un hogar.
Aunque muchos cafeteros se van directos a por una máquina profesional, no hay duda de que las máximas triunfadoras, tanto en casa como en oficinas, son las cafeteras de cápsulas, muy versátiles, cómodas y estéticamente muy atractivas.
Es difícil determinar las mejores cafeteras de cápsulas: la líder en el mercado en cuanto a pionera y con mayor inversión publicitaria, siempre ha sido la Nespresso, pero sus cápsulas no tan asequibles hicieron que otras máquinas de café de cápsulas como la Dolce Gusto, la Tassimo, o las propias de la marca de café Illy, tuvieran su hueco en el mercado.
También hay otras que han ido surgiendo como las Digrato o las que aceptan cápsulas de café de todo tipo como las universales de Philips, cosa que atrae a muchas personas que no quieren renunciar a los diferentes sabores de cada uno de los modelos de máquinas, incluidas las cápsulas de café Starbucks, para los amantes de la multinacional de los cafés para llevar.
Y luego tenemos, contrariamente, las cápsulas baratas o cápsulas de café que sirven para todas las máquinas de la mano de supermercados, como las cápsulas de Mercadona o Hacendado. Incluso, hemos llegado a ver algunas cápsulas compatibles para la cafetera de Aquaservice.
Pase lo que pase, elegir la mejor cafetera de cápsulas es muy complicado, porque el café es algo muy personal y ya no se trata de marcas, sino del sabor o de la variedad de cafés que tiene cada marca. Y si con respecto a los sabores no tienes ninguna preferencia, sería cuestión de ver sus funcionalidades y diseño.
Además, hay que tener en cuenta que todas ellas tienen otras variedades que no son exclusivamente café, como infusiones o chocolates, los que también te pueden hacer decantar, por ejemplo, por una dolce Gusto o la cafetera de cápsulas Nespresso.
Todas las máquinas de café conocidas han tenido ediciones especiales, como pudo ser en su día la Dolce Gusto de Agatha Ruiz de la Prada, de Custo, Munich o ediciones resultantes tras concursos como la que se creó en México por artesanos dedicado a las aves tan propias del país azteca: los alebrijes.
En este sentido, elegir máquina será, ante todo y como en todo, una cuestión de gustos.