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La primera mitad del siglo XX fue testigo del surgimiento de diversas vanguardias artísticas, una de ellas fue el movimiento artístico y literario denominado dadaísmo. Sus primeros pasos surgieron en 1916, cuando Hugo Ball publica su manifiesto inaugural.
A pesar de esto, antes de esta publicación venían desarrollándose diversas manifestaciones artísticas que se calificaban como dadaístas, algunas de ellas impulsadas por Marcel Duchamp, especialmente con sus rady made. Más tarde, aunque no permanecería en el tiempo, sí fue de gran influencia en todo el desarrollo del arte contemporáneo a posterior, incluyendo el neodadaísmo.
Origen del movimiento Dadá
El escritor y músico alemán Hugo Ball solía reunirse junto a otros artistas en el Cabaret Voltaire en Zúrich, donde más tarde fundaron el arte Dadá en conjunto. Sin embargo, en Berlín, Alemania, tuvieron de igual manera un importante núcleo en torno al movimiento dadaísta.
En este otro espacio otros artistas e intelectuales tales como Raoul Hausmann, George Grosz y Helmut Hertzfelde (conocido como John Heartfield, fue uno de los exponentes del fotomontaje). Todos ellos fueron los que dieron lugar al dadaísmo berlinés.
La Primera Guerra Mundial daba fin hacia 1919, mientras el movimiento dadaísta se movía hacia París, donde vivirían tanto su mayor apogeo, como su fin. Precisamente su principal objetivo (el sentido antipoético y antiartístico), sería la razón de su muerte propia.
En 1920, sin embargo, tuvieron la oportunidad de vivir la primera Feria Internacional Dadá en Alemania, Berlín. Al mismo tiempo que tenía éxito, se iba desgastando considerablemente, especialmente por André Bretón iría ganando terreno con el movimiento surrealista, a pesar de que no se trató de una competencia.
Los escándalos del Dadá que dieron fin a sus ideales
Una de las cosas que más hizo conocer este movimiento artístico fue lo escandaloso que fue, especialmente, por conocer a sus exponentes como decadentes y desprovistos de cualquier tipo de saber.
El hecho estético que les caracterizaba era precisamente la idea del escándalo y la provocación, siendo al mismo tiempo lo que se dejaría de lado en su decadencia. El hecho artístico se volcaría como objetivo fundamental de los artistas. Estas razones favorecerían no solo al nacimiento del Surrealismo, sino al fin del mismo dadaísmo hacia 1924.
Origen de la palabra dadá
A pesar de que el mismo Tristán Tzara intenta explicar el significado de la expresión Dadá en el manifiesto dadaísta, se comenta que él mismo encontró al azar la palabra en el diccionario. Esta misma leyenda daría la mejor explicación al movimiento, ya que de eso se trataba, de un juego de azar.
Del mismo modo, en su manifiesto afirma que no significa absolutamente nada, aunque al mismo tiempo citando a periodistas afirmando que la palabra asemeja las primeras palabras de los niños, o también una suerte de retornar a lo primitivo. La muerte del bello arte llegó con el Dadá, y de allí una palabra sin sentido.
Contexto histórico del movimiento dadaísta
Para comprender con mayor claridad diversos movimientos artísticos, es importante ubicarnos en el contexto histórico que le envuelve. En el caso del dadaísmo, así como muchas otras vanguardias artísticas, se desarrolló durante la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1919.
Durante este contexto de guerra, Suiza se mantenía neutro ante los acontecimientos, asiendo esto un motivo para muchas personas vieran al país como un refugio ante el caos. Entre tantas personas, se hallaron intelectuales, escritores, músicos y artistas en general de distintos lugares de Europa.
Estos artistas y escritores que se reunían hasta fundar el dadaísmo, traían consigo la guerra de la que escapaba, pero con un gran sentido crítico social, así como antibelicista. En el movimiento dadaísta encontraron el escape para expresar la gran decepción que sentían ante la incapacidad que mostraban todos aquellos discursos oficiales en torno a la filosofía, religión, ciencia y tecnología, así como el positivismos de las ciencias sociales, mostrándose en desacuerdo.
Características del movimiento dadaísta
De ninguna manera el dadaísmo fue un estilo unificado, sino que más bien se enfocaba en una crítica ante los ideales tradicionales del arte en todo sentido. Sin embargo, se unieron para unificar diversos principios que compartían generando un tono característico peculiar no solo en torno a las artes plásticas, sino también en la literatura.
Los dadaístas interdisciplinarios
El movimiento dadaísta fue interdisciplinario por desarrollarse no solo en diversas artes plásticas, sino también en la literatura, disciplinas en las que se integró también la fotografía. En todas ellas, se abrazó ante los manifiestos para ayudarse a crecer, siendo siete los creados durante su desarrollo.
El antiarte del dadaísmo
Al mismo tiempo que el movimiento dadaísta se consideraba antiartístico, también se fundamentaba en contra de los cánones preestablecidos en la literatura. El modo de actuar de los dadaístas fue específico en torno a cada una de las disciplinas en las que se desarrolló, mostrando lenguajes literarios y pictóricos peculiares. Fue, sin duda, más que un arte.
Rechazo a conceptos de belleza
El antiarte, que defendía los conceptos dadaístas, incluían el rechazo ante los ideales tradicionales de belleza artística. Todo ello fundamentado por la realidad violenta que vivía Europa. La guerra no podía ocultarse, así que aquella idea de belleza que pretendía complacer los sentidos de las personas era completamente inaceptable.
La ironía como acto provocador del dadaísmo
Ante todo el contexto social y político que envolvía Europa durante la Primera Guerra Mundial, el dadaísmo desarrolló ideas crudas ante el arte habitual, burlándose al mismo tiempo de sus tradiciones. Sin embargo, también lo hizo frente al resto de las vanguardias que se estaban desarrollando al mismo tiempo, como el futurismo y el cubismo.
El objeto artístico por debajo del arte en sí mismo
El artista dadaísta ya no solo esculpe escultura o pinta simplemente. No se trata ya de generar belleza, sino que se apropiará de objetos sin estas pretensiones artísticas tradicionales, donde la estética no es el objetivo. El significado surge por el simple hecho de haber seleccionado determinada cosa.
En este sentido, el artista se determinaría realmente por el gesto en sí mismo, más que por la belleza que haya podido crear o no.
La sociedad occidental puesta ante la crítica dadaísta
Todos aquellos valores burgueses que se habrían instaurados a principios de siglo eran rechazados como parte de las propuestas dadaístas. Hay que considerar que era una época que creía fielmente en los avances científicos y tecnológicos, así como el radical nacionalismo en el que vivían.
En este sentido, también se ocupaba un culto al capital, haciendo uso al mismo tiempo del arte como un ente que calmaba a las conciencias humanas, todo esto trajo consigo un despertar de conciencias en las generaciones de creadores que estaban surgiendo.
Nuevas técnicas artísticas creadas por el dadaísmo
El movimiento dadaísta se ocupó de engendrar nuevas técnicas artísticas que quedarían como objetos de inspiración para el arte contemporáneo. Algunas de ellas fueron el ready made y el fotomontaje, en las que se emplearon técnicas novedosas como el collage.
La técnica del ready made consistía en apropiarse de cualquier objeto de uso cotidiano, y generar en él un sentido completamente diferente, dándole un significado diferente a partir de su intervención.
Mientras que el fotomontaje, partió de la técnica de aplicar distintos fragmentos de fotografías para crear una completamente diferente y única. En algunas oportunidades, todos aquellos fragmentos empleados para el fotomontaje, se conectaban con otros recursos tales como la ilustración.
La palabra innovadora
No hay que olvidar que la literatura también formó parte del movimiento dadaísta. En este caso, consistía evitar el uso de sucesiones de palabras que se hilaran a partir de un sentido lógico discursivo. Tomaban letras y sonidos que evitaran asociarse con sentidos racionales.
Lo aleatorio fue fundamental para la literatura dadaísta, implementando técnicas tales como el caligrama, que ya había sido empleado por el escritor cubista Guillaume Apollinaire.
Representantes más importantes del dadaísmo en las artes plásticas y la literatura
Hemos mencionado algunos representantes del dadaísmo a lo largo del texto, pero conozcamos un poco más no solo de quiénes fueron, sino también de lo que crearon durante el movimiento dadaísta.
Francis Picabia, 1879 – 1953
Fue un artista francés multidisciplinario, y a pesar de que abarcó distintos movimientos de vanguardia como el impresionismo, cubismo y el surrealismo especialmente en la pintura, tanto como el dadaísmo. Como todo Dadá, mantuvo un sentido tan irónico, como frío y nihilista.
Sus obras dadaísta se centraron en el ingenio mecánico que desarrolló, entre otras tantas formas mecanomorfas.
Hugo Ball, 1886 – 1927
Hugo Ball fue un poeta, escritor y músico alemán, que se dejó arrastrar por las ideas dadaístas, tanto que fue él mismo el fundador protagónico del movimiento. Fue quién escribió el Manifiesto inaugural de la primera velada dadá. Sin embargo, pronto él mismo se desprendería de tales ideales.
Marcel Duchamp, 1887 – 1968
Marcel Duchamp no solo fue uno de los mayores representantes de las artes plásticas dadaístas, sino que se le considera hoy día como uno de los máximos influyentes del arte del siglo XX. Reinterpretó el cubismo, como escultor y pintor francés, aunque pronto lo relacionaría con el futurismo.
En torno al movimiento dadaísta, se le conoce primordialmente por haber creado el ready made; conocido al mismo tiempo por sus reinterpretaciones e intervenciones a la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci.
Man Ray, 1890 – 1976
Emmanuel Radnitzky era el nombre del conocido artista estadounidense Man Ray, caracterizado principalmente por su constante búsqueda de lo incongruente e irracional. A pesar de no haber militado directamente en ningún movimiento artístico, se mantuvo de igual manera siempre a la vanguardia, especialmente entre el surrealismo y el dadaísmo.
https://www.pinterest.es/pin/766456430319436872/Al mismo tiempo, fue pionero de la fotografía abstracta, dejando claro que sí puede ser un arte la fotografía. Aunque se le conozca más por sus obras fotográficas como El violín de Ingres o Lágrimas, también desarrolló escultura, pintura e incluso en el cine.
Tristan Tzara, 1896 – 1963
Escritor, ensayista y poeta rumano, atraído por todas estas ideas creativas de Hugo Ball, se convirtió pronto en uno de los fundadores del movimiento dadaísta. Gracias a ello, se convirtió en una de las figuras claves de esta vanguardia poética; se anticipó al mismo tiempo al surrealismo.
El primero manifiesto dadá fue escrito por él en 1918, escribiendo también el que le sigue. Junto al resto de los manifiestos escritos, se consideraban como los siete manifiestos dadaístas. Escribió también otras obras de gran renombre como La primera aventura celeste del señor Antipirina, y Veinticinco poemas.
Jean Arp, 1887 – 1966
Hans Arp era su nombre original, aunque pasó a llamarse Jean Arp cuando Alsacia era alemana, una vez en la Gran Guerra fuese recuperada por los franceses. Fue un escultor franco-alemán, cuya formación fue completamente clásica, hasta que comenzó a impulsar el dadaísmo antes de acercarse al surrealismo.
Su interés primordial por la forma es lo que caracteriza su obra, especialmente el acabado pulido de la mayoría de ellas, generando cierta sensualidad no solo por las líneas curvas, sino por esas superficies lisas. Su estilo propio lo denominó biomorfismo.
Hans Richter, 1888 – 1976
El último de los mayores representantes del movimiento Dadá, pero no menos importante, es el pintor y cineasta alemán Hans Richter. Dentro del dadaísmo, se caracterizó por su obra pictórica. Sin embargo, su obra más extensa destaca por haber sido en torno a la investigación cinematográfica, en la que mezcló de manera única y excepcional la poesía y el arte. Una de las obras más conocidas es Rhythmus 21.