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Hay momentos en los que el campo cura todo mal. Respirar aire puro, disfrutar del paisaje y desconectar del bullicio de la ciudad sirven como terapia para volver con más ganas. Esta casa de campo, bautizada como Stranwood House, es el ejemplo perfecto para entender esa paz que algunos lugares son capaces de contagiar. Con ella, os trasladamos un nuevo plan de fin de semana: escapar y recargar las pilas, ya que se puede alquilar por vacaciones.
Esta cabaña está inspirada en los tradicionales cobertizos donde se almacenaban aparejos y utensilios de pesca, más conocidos como «casas-barco» o «boat house». Su estructura es realmente sencilla, construida a base de madera y con una techo de mayor longitud que la habitual. Las sombras que proyecta la fachada se deben a la erosión producida por el viento y la sal del mar, lo que explica ese aspecto desgastado y descolorido.
El exterior es sinónimo de simpleza, fabricado con tablillas de madera y un pequeño patio cercado por troncos naturales. Una vez cruzamos la puerta, nos sorpende la acogedora decoración de este hogar alemán. Aunque lejos del lujo, un visitante no espera encontrar un diseño interior nórdico tan elegante sino algo más rústico y campestre.
El blanco es la nota dominante en todas las estancias, con la única colaboración de los tonos terrosos y grisáceos de la madera. La sala de estar es una de nuestras estancias predilectas. Uno de los detalles que más llaman la atención es la base diseñada específicamente para colocar un sofá en forma de ele. Una gran idea para aportar comodidad y practicidad al salón. Y es que donde caben dos caben tres, nunca mejor dicho.
Al tratarse de un área geográfica atacada por el frío, es fácil ver el gusto desarrollado por los complementos y mantas de piel. Pero por si esto no bastara, sólo hay que encender la estufa y dejar que entre el sol por los grandes ventanalas de la cabaña. A diferencia de la tradición española, el resto de países europeos emplea cortinas o persianas de tela para protegerse de la luz, algo que podemos apreciar en las imágenes.
Las dimensiones permiten contar con varios pisos, entre los que se encuentra esta adorable buhardilla. Impera el blanco con leves pinceladasde de gris, consiguiendo una ambiente luminoso, delicado y relajado. La suavidad de la decoración escandinava invita a dejarse llevar: leer, crear, bailar o dormir a pierna suelta son las cosas que pasan por nuestra mente a toda velocidad.
Para todos aquellos que desean conocer de primera mano la belleza de la zona y disfrutar de los atardeceres frente al puerto de la isla de Rügen (Alemania), os dejamos la web de Stranwood House.