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Eliel Saarinen es un magnífico arquitecto finlandés, icono del estilo Art Nouveau. No podemos pasarlo por alto, pues su obra, además de un referente en su país, propuso una línea de trabajo a seguir en Estados Unidos y en el mundo entero.
Nacido en Rantasalmi, Finlandia, el 20 de agosto de 1873, su vida fue una auténtica carrera cuajada de éxitos. Estudió arquitectura en la Universidad Politécnica de Helsinki y pintura en el centro de estudios superiores local. Comenzó su andadura como copropietario de una empresa importante (1893-1897), junto a dos grandes de su gremio: Herman Ernst Henrik Gesellius, de la Universidad Tecnológica de Helsinki (cuya obra más importante fue la Casa Wuorio en Union Street), y Armas Lindgren, que estudió en la misma facultad que Saarinen y cuya trayectoria tampoco es de desdeñar.
En su faceta de profesor, fue docente del famosísimo autor Alvar Aalto, e influyó positivamente en sus obras.
Juntos formaron el estudio de arquitectura “Gesellius, Lindgren y Saarinen”, proporcionando su trabajo en equipo unos resultados que ahora podemos disfrutar:
El Pabellón finlandés de la Exposición Universal de 1900, elaborado empleando líneas ortogonales sencillas, resultó ser especialmente original en la época y supuso una verdadera obra maestra en cuanto a decoración y arquitectura se refiere.
El edificio nos muestra cómo el arte moderno podía basarse en la antigua tradición para crear. Fascinante ornamentación tanto interior como en la fachada consiguiendo una armonía entre el color y las líneas. Supuso la representación de un estilo individual y remoto, en el que se reconocían trazas de un pasado intenso, que evocaba recuerdos de antiguas casas campesinas o iglesias de pueblos perdidos que aún se conservan.
Nuestro autor supo perfectamente enlazar distintas influencias externas: la arquitectura de madera finlandesa, imbricado con el neogótico británico y el jugendstile.
Esta exposición a nivel mundial supuso un verdadero empujón en la carrera de Eliel Saarinen. Se trataba de una experiencia de gran envergadura, que se venía celebrando desde mediados del siglo XIX, organizada por la Oficina Internacional de Exposición. Cada autor mostraba los avances de investigación tecnológica junto con sus grandes expresiones artísticas.
Es de destacar la posición que ocupaba el escaparate finlandés en la exhibición, muy alejado del ruso, como si su intención fuera destacarse de sus vecinos.
Posteriormente, a la primera época de Eliel Saarinen se la vino a denominar como romanticismo nacional finlandés, dado que incorporaba elementos eclécticos y prerracionalistas, paralelo al naturalismo romántico. Cerrando esta etapa, una de sus mayores creaciones, la Estación Central de Helsinki.
Eje de comunicación de todo el país, esta estación de ferrocarril es un icono de la ciudad. De ella parten trenes hacia el norte, este y oeste de la nación, incluso comunica con San Petersburgo.
Fue realizada en diez años, comenzando las obras en 1904. El autor consigue un interesante contraste entre la pureza de la torre vertical y las proporciones de gran nobleza que supone el volumen horizontal que se encuentra a su alrededor.
En ella participó la Escuela Romántica Nacional.
A partir de 1910, y a lo largo de 5 años, se dedicó a trabajar en el proyecto de planteamiento urbanístico de Munkkiniemi-Haga. Un plan para el oeste de Helsinki creado por él, llevado a cabo con la colaboración de la localidad y planificado por el arquitecto Jung Bertel, centrados en las comunicaciones de la ciudad. La primera versión se mostró en 1911, dominada por el monumentalismo. Pero finalmente, en 1915 se concluye el proyecto, que engloba la avenida Saarinen, en un estilo Haussman, y barrios enteros inspirados por los grandes autores Raymond Unwin y Otto Wagner.
Este plan atrajo a la prensa y obtuvo muchas críticas positivas.
Eliel Saarinen trabajó día y noche en sus diseños hasta ver la obra concluida.
Después de su éxito, muchos países miraron hacia el norte, envidiaron su organizado sistema urbano y quisieron adaptarlo a las necesidades de sus grandes ciudades. Uno de los estudios que aborda es el centrado en los problemas urbanísticos en Budapest, siendo galardonado en una competición internacional por su creación del plan para Reval. Basándose en sus investigaciones en dicha ciudad, escribió un manual que fue muy bien acogido por la población especializada.
Pero no sólo se le recuerda por su obra arquitectónica, también fue muy señalado el diseño que realizó a los billetes del marco finlandés, que se pusieron en circulación en 1922. Además de habérsele visto durante mucho tiempo pegado a las cartas de los finlandeses, que podían viajar de buzón en buzón por el módico precio de 0,60 marcos, como homenaje a su trabajo y la herencia dejada en el país en varias ramas del diseño.
En 1904, Eliel Saarinen contrae matrimonio con la escultura helsinguina Louise Gesellius, hermana de su antiguo compañero de batallas, Herman. Tuvieron dos hijos, Eva-Elisa, y Eero, que siguió los pasos de su padre y se convirtió en uno de los más importantes arquitectos estadounidenses de mediados del siglo XX.
La familia se mudó a Estados Unidos con motivo del importante concurso internacional para la Chicago Tribune Tower (1922), y aunque obtuvo el segundo puesto, y competía con artistas europeos de mucho renombre, su diseño se plasmó posteriormente en Houston, con la edificación del Gulf Building. Este proyecto influyó notablemente en las estructuras de los nuevos rascacielos estadounidenses.
En 1925 diseñó el Cranbrook Educational Community, como encargo de crear un equivalente en Estados Unidos de la famosa Escuela de la Bauhaus.
Después de unos años como profesor de la Cranbrook Academy of Art , en 1932 se convierte en su director.
Entre 1926 y 1943, con ayuda de su hijo Eero, proyectó un gran número de edificios, que formaron parte de la gran tendencia arquitectónica estadounidense de los años siguientes.
Publicó dos obras maestras en Nueva York: La ciudad. Su desarrollo, decadencia y porvenir ( 1943) y Búsqueda de la forma. Un enfoque fundamental del arte (1948).
Nuestro entrañable arquitecto falleció en 1950, a la edad de 77 años, dejando atrás una vida de duro trabajo, esfuerzo, y una fructífera cosecha de éxitos de la que todos podemos probar un bocado.