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En anteriores publicaciones, nos adentrábamos en el extenso mundo de la decoración con cortinas donde los estilos, las texturas o el funcionamiento variaban en gran medida. Veíamos que no solo estaban destinadas a las ventanas, sino que su uso se extendía más allá, lo que nos llevaba a hablar de las camas con dosel. La invención del dosel se remonta a épocas pasadas donde el frío asolaba las grandes casas y palacetes, por lo que surgió la idea de guardar el calor al tiempo que no se perdía el buen gusto de la decoración. La solución no fue otra que construir doseles sobre los que colgar grandes cortinajes de tela gruesa alrededor de la cama. Una idea que ha evolucionado con el paso de los años y se ha convertido en estandarte de romanticismo en el marco del interiorismo.
Para los amantes del pasado, se trata de una buena forma de mezclar épocas con estilo y grandes resultados. Aunque en la actualidad ya gozamos de calefacción que nos resguarda del frío invernal, nos resistimos a perder ese toque acogedor y cálido aportado por las camas con dosel. Hoy día se opta por tejidos más livianos y menos engorrosos que los de antaño, dado que en muchos países siguen cumpliendo la función esencial de dar protección ante mosquitos y otros insectos. Pero aún sin función, los tejidos blancos y traslúcidos que dejan pasar los rayos del sol se convierten en buenos compañeros de sueño.
Telas de lino suaves y finas rodean la cama del dormitorio principal, e incluso, de las de los más pequeños. Un halo de protección que ayuda a conciliar el sueño cuando cae la noche. Combina a la perfección con la decoración de estilo nórdico que tanto nos gusta por su limpieza estética y su toque de magia.
Otros optan por trasladar las cortinas back out o cortinas “persiana” a los doseles, encontrándonos con alternativas más originales. Porque toda tendencia decorativa se renueva con el paso del tiempo y este es un buen ejemplo de ello.
Por último y no por ello menos importante, hay quien adora la estructura y apariencia del dosel pero prefiere no complicarse con complementos textiles que adornen y protejan la cama, por lo que apuestan por doseles de madera natural, de acero forjado u otros materiales de exquisito diseño. En estos casos, es en el diseño donde reside el toque especial que otorga al dormitorio ese aire romántico lleno de nostalgia.
Cerramos el post con una preciosa imagen de una cama con dosel y cortinaje de lino fino en medio de un bosque natural lleno de color y aire fresco. Solo hay que cerrar los ojos para trasladarse a ese maravilloso lugar de ensueño.
Hace poco os hablábamos de un precioso ático rústico urbano en cuyo dormitorio había una cama con dosel de impresión, una verdadera joya.