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Seguro que cuando escuchas la palabra «mudanza» te entra un estrés incontrolable que no puedes remediar, pero con una buena organización no hay que temerla. Tienes que pensar en lo positivo de una mudanza: transformar tu vida y cambiar de casa, seguramente para mejor. La organizadora personal, Mar Ferré, nos trae varios consejos para organizar de manera correcta una mudanza.
Organizar las tareas en una lista
Antes de hacer la mudanza en sí, hay que organizarla con tiempo y poner gran esfuerzo en la fase de pre-mudanza. Sería bueno conseguir una agenda y definir las tareas que tendrás que llevar a cabo cada semana.
- Apuntar la fecha de entrada a la nueva vivienda. Un punto importante para saber cuánto tiempo tienes antes de poder entrar a tu nueva vivienda con todo lo necesario para vivir en ella: luz, agua, muebles…
- Fijar una fecha para la mudanza. Cuando lo tengas claro tendrás que avisar a todas las personas que te vayan a ayudar en ella para que todos estéis listos ese mismo día (ya sean personas conocidas o un servicio de mudanzas de una empresa).
- Si te agobias mucho, puedes barajar la posibilidad de contratar a una organizadora personal con experiencia para que ponga orden en tu mudanza. Te sabrá guiar en todo el proceso y se te hará mucho más sencillo y llevadero.
Selección de objetos que no vas a usar
Es algo que hacemos todos, almacenar y acumular objetos que muchos de ellos no usamos nunca. Es muy importante que pensemos si de verdad queremos hacer una mudanza de cosas que no usas o que no te gustan, es un poco tontería porque doblarás el volumen de la mudanza para llenar tu nuevo hogar de cosas inútiles, quitándote espacio. Así que piensa en esos objetos que no usas y dónalos, regálalos o véndelos, verás que te sientes liberado/a.
Qué hacer si tienes muebles
En este caso depende de si los muebles que ya tienes te encajan bien en tu nuevo hogar. Tendrás que haber medido previamente tanto los muebles como el espacio que tienes en la nueva casa y decidir si te los quieres/puedes llevar o no. Pon especial atención a los que tengan una función de almacenaje (armarios, cajoneras, mesitas, librerías, camas-canapé, cómodas…) porque serán muy útiles y te vendrán muy bien, siempre y cuando las medidas sean aptas para tu casa nueva.
Vacía tu nevera y congelador
Tienes que planificar el vaciado de la nevera y el congelador, ya que el día del traslado de ambos, deberán trasladarse vacíos. Si te organizas en este aspecto, evitarás desperdiciar los alimentos, así que no hagas una gran compra cuando se acerque esta fecha y consume los que ya tengas en la nevera y congelador.
Empaquetar cajas
Te metes de lleno en la mudanza recogiendo todos los objetos y metiéndolos en cajas debidamente etiquetadas, algo vital a la hora de ordenar todas las cosas cuando estés en la nueva vivienda (tendrás la mitad del trabajo hecho). Es mejor comenzar por espacios de almacenaje que utilices menos, por ejemplo, el trastero, las estanterías de libros, los vestidores o armarios con ropa de temporada. Además, sería interesante que en la parte lateral de las cajas pudieras apuntar una breve descripción del contenido que hay en ella, así será más rápido desempaquetar y ubicar todo en el nuevo hogar.
También puedes optar por enumerar las cajas haciéndolo en pequeños grupos. Por ejemplo, le puedes asignar dos iniciales que identifiquen primero la estancia y después el número que corresponda: salón sería SA1, SA2… o baño BA1, BA2…
Una cuestión muy importante a tener en cuenta en este apartado de embalaje es tener cuidado con los objetos delicados:
- Primero coge una caja resistente y forra su interior con un material amortiguador como el típico plástico de burbujas.
- Protege la pieza delicada en cuestión con papel de manila o papel de periódico. Se debe envolver cada pieza por separado, nunca juntas.
- Coloca las piezas unas junto a otras pero sin apretarlas, recuerda que son delicadas, y si fuera extra delicadas, podéis poner una capa de cartón o plástico de burbuja entre cada pieza.
- Después de llenar la primera altura pon otra capa de plástico de burbuja y ya puedes poner la segunda capa de objetos delicados, siempre sin pasar la altura de la caja.
- Es hora de cerrar la caja con precinto y etiquetaremos. Si sobrase algo de espacio en el interior de la caja, deberías de rellenarlo con bolas de papel arrugado para bloquear el movimiento durante el transporte.
- Embalaje de platos y vajilla. Hay que tener especial cuidado, como en los objetos delicados pero debemos tener en cuenta una especial consideración: Los platos y vajilla deberán quedar colocados de forma vertical dentro de la caja, nunca uno encima del otro. La cerámica y porcelana pesan y si los pusiéramos uno encima de otro, el que queda en la parte inferior estaría soportando mucho peso y con cualquier impacto podría partirse, se produciría el efecto cadena y se romperían todos los que tuviera encima.
- Por último, embala y empaqueta todo aquello que usas en tu día a día, como la ropa, la higiene personal y aparatos de cocina. Además, prepara una carpeta con la documentación más importante que puedas necesitar durante los primeros días (DNI, pasaporte, facturas, contrato de alquiler de la vivienda, libro de familia…)
Después de la pre-mudanza y la mudanza… la post-mudanza
Bueno ya te has ubicado en la nueva casa llena de cajas y paquetes, ahora queda colocar y reubicar todo. Pero no va a ser agobiante, porque siguiendo las indicaciones anteriormente dadas, tendrás todas las cajas con descripciones de dónde van y lo que hay dentro de ellas. Así que solo tienes que desempaquetar e ir colocando todo y dando forma a tu nuevo hogar que seguro que has puesto mucha ilusión en él, así que será maravilloso ir poniendo todo a tu gusto, y si es de la mano de tu pareja mucho mejor.
Esperamos que todos los consejos que te hemos dado te sirvan en tus futuras mudanzas y que te ahorres tiempo. Deseamos que la palabra «mudanza» ya no sea un motivo de estrés a partir de ahora y que pienses que va a ser un cambio deseado por ti que seguramente vaya a mejorar tu vida.
Imágenes: DepositPhotos