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Muchos interioristas y arquitectos hoy en día están apostando más por el uso de “nuevos materiales” a la hora de diseñar y construir viviendas. Y es que sabemos que la sostenibilidad y la innovación están a la orden del día en los diseños más actuales.
Desde el uso de materiales autóctonos y lo más ecológicos posibles, a la reutilización, reciclado y biodegradabilidad, los pasos y elementos clásicos para la edificación de las viviendas están cambiando y actualizándose.
Para la construcción de las ciudades del futuro es necesario que tengamos en cuenta los recursos disponibles y que alcancemos la mayor eficiencia de los mismos a la hora de utilizarlos, por ello se están empleando materiales que antes no se consideraban o que se usaban de un modo distinto a como lo hacemos ahora.
En este post nos centraremos en el uso de la termoarcilla en los diseños de vivienda, en sus características y las ventajas que conlleva y lo que puede aportar a tu hogar.
¿Qué es exactamente la termoarcilla?
Se trata de un compuesto de cerámica de baja densidad cuya base es arcillosa. Su composición consiste en una mezcla de arcilla con polietileno expansivo y otros aditivos. Se emplea generalmente como alternativa a los clásicos ladrillos pues dada su naturaleza, los bloques creados con este material son más grandes y se fabrican de forma que encajan y se unen entre sí de manera más segura.
Pero es muy sencillo dar la forma que se necesite a la hora de usar este material, por lo que también se emplea como recubrimiento de paredes y suelos en forma de baldosa, azulejo o teja en distintas geometrías.
Es un material con una cierta porosidad dada su composición, su método de fabricación es bajo altas temperaturas y que como ya hemos dicho, resulta sencillo introducir en moldes con las especificaciones en forma y tamaño que necesitemos para cada uso.
Sus principales características y ventajas como elemento constructivo
Este material está ganando protagonismo gracias a sus cualidades, por lo que hablaremos de cuáles son para que estés informado y te decidas por el uso de este elemento de construcción.
Tiene una gran resistencia mecánica
Esto se debe a que a la hora de fabricar los bloques y dada su composición, estos son más grandes y gruesos que unos ladrillos estándar, por lo que son más estables y permiten una mayor y mejor distribución de carga y mayor resistencia a los golpes.
Permite un mayor aislamiento acústico
Debido a su tamaño y las cavidades interiores con la que se fabrican, ofrecen un alto aislamiento acústico en las paredes que construimos con ellos.
También da más aislamiento térmico
Gracias a que absorbe y libera con facilidad la energía que acumula por los rayos de sol, evita variaciones demasiado grandes de temperatura en interiores.
Es muy resistente al fuego
La composición de la termoarcilla no es combustible ni inflamable, no liberan gases o humos al contacto con las llamas por lo que no favorecen su propagación.
Se reducen los costes de instalación
Es un material más económico que otros del mercado similares por lo que su uso sale más barato tanto en materia prima como en instalación ya que son más fáciles y limpios de poner que los ladrillos comunes.
Buen regulador de la humedad
Debido a la permeabilidad del material, no favorece la condensación del agua por lo que es transpirable. Por esta razón se recomienda su uso en almacenes y bodegas.
Por todas estas razones, la termoarcilla es un material ideal para la construcción de edificios sostenibles, confortables y cuya eficiencia energética es de las más altas actualmente.