El verano es una de las mejores épocas del año para visitar Barcelona. Al atractivo natural de la ciudad se suma el buen tiempo, la temporada de baño y el amplio elenco de fiestas populares que llena de música y de color muchos de sus barrios.

El mes de agosto es el preferido por una mayoría de turistas y visitantes para disfrutar de la notable oferta de la capital catalana. Hoteles en Barcelona centro es la principal búsqueda para vivir, desde una posición privilegiada, la amplia propuesta cultural y de ocio que durante estas semanas se refuerza. 

Una semana marcada en el calendario de Barcelona es la correspondiente a las fiestas del barrio de Gràcia, uno de los más populares por su tradición e historia, así como por el gran ambiente que cada noche de verano se vive en sus calles, y especialmente en estos días.

A partir del día 15 y durante los siguientes siete días, las calles de este núcleo céntrico de la ciudad adquieren un ambiente diferente y especial que llama la atención de locales y visitantes, quienes pueden conocer más de cerca una de las celebraciones con más tradición de la zona.

Sus rincones y los portales se decoran con elementos artesanales y tradicionales, que dan un componente histórico de mucho valor al que se le da apoyo con mercadillos y conciertos que hacen de este evento uno de los más importantes en la localidad. 

Es un evento con más de 200 años de historia, pues la primera edición data del 1817, y el programa actual incluye representaciones teatrales, talleres, actividades infantiles y conciertos con artistas locales.

Las plazas del Sol y de les Dones del 36 son los puntos neurálgicos de una fiesta que cada día empieza por la mañana y se prolonga hasta altas horas de la noche. Es una buena oportunidad para conocer una de las caras sociales, musicales y culturales más reconocidas de Barcelona, desde una perspectiva muy próxima. 

El Poble Espanyol gana vida

Otra de las tradiciones que ofrece Barcelona durante el mes de agosto nos traslada hasta el popular Poble Espanyol, ubicado junto a la montaña olímpica de Montjuic y en el que se celebran conciertos de rumba cada domingo por la tarde.

El horario de este espectáculo coincide con el atardecer y la escena que deja es muy peculiar, pues éste es un barrio situado en una de las zonas altas de la capital, y en el que se aprecia una caída del sol muy bonita.

Esta imagen gana cuando se acompaña con una escenografía de rumba en directo. Además, en la hora previa a cada concierto se ofrece una sesión con djs y música electrónica.

Los visitantes no solo disfrutan de la rumba en directo; pues también acceden a un recinto con espectáculos audiovisuales de luces y sonido, exposiciones de arte contemporáneo en el que Picasso o Dalí están entre los protagonistas y un amplio servicio de restauración.

Las instalaciones están abiertas durante todo el año y aumentan su oferta con la llegada del buen tiempo.

Imagen: DepositPhotos