A pesar de que Hilma af Klint fue muy poco conocida, quizás por crear su obra al margen del mundo artístico, o simplemente por ser mujer. De cualquier manera, fue de esas artistas que siguió su propio mundo, especialmente alejándose de la realidad física, visible, al plasmar en sus creaciones los mensajes que recibía como médium.

Sus ideas y experiencias de su mundo interior fueron su máxima inspiración. En su obra buscaba descifrar el misterio de la vida como una suerte de evolución espiritual. Su visión fue altamente abstracta, así como inédita durante el inicio del siglo XX. No fue sino hasta cien años más tarde es que realmente estuvimos preparados para apreciarlo verdaderamente.

La obra abstracta de Hilma af Klint

No muchos saben que una de las pioneras del Arte Abstracto fue Hilma af Klint (1862 – 1944). Desde el año 1906 se encontraba en la creación de sus obras abstractas e intensas visualmente. Experimentó tanto con el color, como la incorporación de símbolos, composiciones geométricas… tales elementos eran empleados con tácticas estratégicas.

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Hilma af Klint, 1920. Dominio público vía Flickr.

Todo esto estaba ocurriendo años antes de que artistas como Wassily Kandinsky, Piet Mondriam y Kazimir Malévich, esta artista ya estaba ejecutando su obra abstracta. Sin embargo, la historia del arte aún no la reconoce como una de las pioneras, quizás por lo que ya comentamos al inicio.

Inspiración teosófica y antroposófica

Más de mil obras fueron creadas por Hilma af Klint, las cuales fueron inspiradas por la teosofía, y más tarde por ideas antroposóficas de Rudolf Steiner. Tales conceptos también fueron compartidos por los contemporáneos artistas de la abstracción ya mencionados.

Klint se esforzó en plasmar la dualidad de este mundo en sus composiciones. Esa eterna lucha de contrarios en busca de la unidad contenida por el todo.

La artista desconocida en la historia del arte

Cuarenta años después de su muerte, la artista permaneció desconocida para los historiadores del arte hasta la década de 1980. Sin embargo, en 1986, en la exposición se revelaron sus pinturas «extrañas», que eran el resultado de la conexión de la artista con el mundo espiritual.

Las dos caras de la artista

Tras su muerte con 81 años de edad, en 1944, Hilma af Klint tenía cierta reputación entre los círculos artísticos de Estocolmo. Esto tras realizar diversos paisajes para la burguesía, los cuales los realizó en gran medida durante su juventud y madurez. Sin embargo, sus herederos descubrieron gracias al testamento muchas de sus obras que se mantuvieron ocultas hasta su muerte.

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El cisne N°16, 1915. Dominio público vía Wikimedia Commons.

En tal testamento Hilma af Klint dotaba a sus familiares de una gran producción artística, más de mil pinturas y dibujos, así como algunos cuadernos con anotaciones y textos que hasta entonces no eran conocidos. A pesar de ello, pasaron veinte años después de su muerte antes de que fueran conocidos.

Lo espiritual en el arte de Hilma af Klint

Los deseos de la artista finalmente se cumplieron hacia 1986 gracias a la exposición que organizó el Museo del Condado de los Ángeles. Tal muestra se llamó Lo espiritual en el arte de la pintura abstracta, la cual dejaría al descubierto esta otra muestra pictórica de la artista. Sin embargo, esta no llegó al conocimiento de especialistas.

Antecedentes del surrealismo y el arte abstracto

Algunas de sus obras fueron creadas siguiendo instrucciones de los llamados guías espirituales del otro lado que han estado en contacto con la artista a lo largo de los años. Además, los estilos que plasmó en algunos casos anticiparon los de los primeros pintores abstractos y surrealistas.

Biografía de Hilma af Klint

Hilma af Klint nació el 26 de octubre de 1862 en Solna, Suecia, en el seno de una familia acomodada con una larga tradición marítima. Su padre, entre otros antepasados, fueron oficiales navales.

Desde muy joven Hilma mostró un interés muy votable hacia la naturaleza, quizás debido a los veranos que pasó en una pequeña casa de campo que su familia poseía en la Isla de Adelsö, en el lago de Mälaren. Tal pasión hacia la naturaleza la llevó a iniciarse desde muy pequeña tanto en el dibujo como en la pintura, especialmente en el paisaje.

La educación artística

Una vez que sus padres notaron la gran afición de su hija hacia el arte, deciden matricularla en la Escuela Politécnica de Estocolmo hacia 1879. Durante estas mismas fechas, influenciada por la moda del momento, la joven artista se había interesado en el espiritismo, comenzando a practicarlo.

El arte y el espiritismo

Posiblemente gracias a estas inclusiones dentro del mundo espiritista habrían quedado en una simple anécdota adolescente. Sin embargo, existió algo más que cambiaría su curiosidad inicial, por una suerte de obsesión. En 1880 su pequeña hermana falleció con tan solo 10 años tras una enfermedad.

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El cisne N°23, 1915. Dominio público vía Wikimedia Commons.

Este hecho aumentó tales inquietudes en Hilma af Klint en torno a la supervivencia del alma tras la muerte. Como muchos otros interesados ​​en el espiritismo de la época, la artista comenzó a leer con entusiasmo los textos de Madame Blavatsky (una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica) y no dudó en unirse a la Sociedad Teosófica de Estocolmo.

De Fem

Para continuar su carrera artística, ingresó en la Real Academia de Bellas Artes en 1882. Fue aquí donde la artista conoció a otro hombre que la influiría por el resto de su vida, la artista Anna Cassel. Cuando ambas concluyen su formación académica, deciden llevar todas sus inquietudes artísticas y espirituales a otros niveles. En 1887, Hilma, Anna y otras tres artistas (Cornelia Cederberg, Sigrid Hedman y Mathilda Kilsson) con los mismos intereses, formaron un grupo al que llamarían De Fem (las cinco).

Las sesiones espiritistas

Las cinco jóvenes se reúnen todos los viernes para largas sesiones, tratando de comunicarse con los llamados seres espirituales que les enseñan sus sublimes enseñanzas.

Luego de la meditación anterior, una de ellas entró en estado de trance, la cual actuó como médium. Canalizaba de forma directa los mensajes de los maestros. Fruto de estos contactos sobrenaturales llenaron múltiples cuadernos con enseñanzas espirituales.

La escritura automática como fuente de inspiración y antecedente de los cadáveres exquisitos

Al pasar el tiempo, sus guías las impulsaron a practicar lujos automáticos, una derivación de escritura automática muy común en el espiritismo. De esta práctica salieron numerosos dibujos realizados colectivamente. Todos estos suponían una anticipación, varias décadas antes, de los conocidos cadáveres exquisitos popularizado años después por los surrealistas.

La artista médium

Desde el comienzo, las cinco mujeres se turnaban en su papel de médium. Sin embargo, Hilma af Klint destacaría entre el resto gracias a que era muy fácil para ella entrar en trance. Por suerte, se conservaron textos manuscritos que nos han dejado muestra de los nombres de los guías elevados supuestos, de los cuales al menos con cinco creían mantener contacto, los cuales influyeron enormemente en su actividad de ese entonces.

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La estrella de siete puntas, nº 5 y nº 7, 1908. Dominio público vía Wikimedia Commons.

Estos fueron: Clement, Gregor, Anandas, Amaliel y Amalius fueron esas entidades espirituales que solían hacer hincapié en la importancia que tenían en los dibujos que realizaban las jóvenes artistas. Es su deber preservarlos para la posteridad, como refleja en uno de sus cuadernos: “Para preservar nuestros cuadros, son cuadros etéreos ondulantes que esperan a aquellos cuyos ojos y oídos puedan aprender una noble misión algún día”.

Entre el ate convencional y el médium

Durante muchos años la reunión se llevó a cabo desde 1887 hasta 1907. Las cinco personas recopilaron una gran cantidad de textos e imágenes con tintes espirituales. Mientras tanto, Hilma af Klint continuó con su lado artístico de la manera tradicional, y se destacó como paisajista y retratista, ambos muy apreciados por la gente de la capital sueca.

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Los diez más grandes, n° 9, 1907. Dominio público vía Wikimedia Commons.

En 1898 falleció su padre, lo que la lleva a mudarse con su madre, quien era ciega, para cuidarla desde entonces. Más tarde, en 1904, Amaliel, una de las entidades con las que contactaba, le ordenó realizar pinturas en un plano astral.

Pinturas para el Templo

Con esto, algunos años más tarde realiza una serie de pinturas llamadas Pinturas para el Templo, de las que produce al menos 193 obras. La artista afirmó que estas obras como médium. Decía Klint que existía un maestro desde lo alto desde donde tomaba el control de su cuerpo para realizarlas.

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Dominio público vía Flickr.

Sin embargo, llama la atención que la producción de la artista no haya sido divulgada, la mantuvo oculta manteniendo al mismo tiempo una vida paralela, con conceptos plásticos y pictóricos completamente diferentes.

En 1914 sus obras naturalistas se exhibieron en una exposición donde coincide con Wassily Kandinsky, presentando de esta manera sus obras. Siendo él mismo, el que diría que en su tiempo “ni un solo pintor utilizaba el estilo abstracto”, (siendo él el considerado como primer pintor abstracto de la historia), desconociendo que Hilma af Klint ya estaba desarrollando tal práctica pictórica.

La obra oculta metafísica de Hilma af Klint

Durante los años posteriores la artista continuó con su obra metafísica que siguió manteniendo oculta. La serie que surgió luego de la ya realizada para el Templo les siguió las series El cisne y la paloma y El Parsifal. Entre 1906 y 1915 mantuvo una producción que podría decirse fue el núcleo primordial de su trabajo.

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El cisne, N°1, 1915. Dominio público vía Jenikir by History.

La simbología de su obra debe tomarse como un todo, relacionándose siempre con su contexto.

El trabajo automático de sus obras

Según el artista, «las pinturas de este período vinieron directamente de mí sin dibujos previos». Hilma af Klint procesa estas piezas de forma automática, sin saber lo que dice la imagen, con trazo seguro, sin errores y sin cambiar de pincel.

La geometría abstracta del átomo

Hacia 1912, pesar de seguir en contacto con sus maestros astrales, Hillma af Klint interpreta las imágenes que recibió y comienza a agregarle significado a su obra. Para 1917 el interés de su obra reside en la geometría abstracta del átomo. Esto la llevó a mecanografiar más de mil páginas.

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Retablo N°1, 1915. Dominio público vía Wikimedia Commons.

Inclusión a la Sociedad Antroposófica

El año de 1920 fue de los más creativos para la artista, siendo el mismo año del fallecimiento de su madre. La artista viajo a Noruega uniéndose a la Sociedad Antroposófica. Se entrevistó durante el viaje con Rudolf Steiner, quien fundó tal entidad. Este es el hombre que le aconsejó ocultar su trabajo y cree que el mundo no está preparado para ello.

Además, Steiner dudó de su práctica como médium, lo que hizo llevarla a un estado de depresión, dejando de pintar por al menos una década. Residiendo en Suiza, no existen registros de pinturas o escritos de Klint. Se enfocó en sus estudios de la antroposofía siguiendo al mismo tiempo las conferencias de Steiner. No fue hasta 1944 que fallece con 81 años de edad en un accidente.