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Elegir un adecuado sistema de calefacción para nuestra casa u oficina implica equilibrar confort, eficiencia y costos, desde la disponibilidad de energía hasta el clima local pasando por nuestra conciencia ecológica.
Por suerte, los avances ofrecen muchas opciones, desde sistemas tradicionales hasta los más amigables con los sentimientos del planeta pasando por la arquitectura pasiva, que supone avanzar aún más lejos.
Freehand, el estudio Boutique de arquitectura e interiorismo que realiza “proyectos con alma” y está certificado como Passive House Designers, analizan las diferentes variables para crear el ambiente perfecto ahora que viene el frío, donde una correcta evaluación de las necesidades garantizarán la elección acertada.
- Lo primero, la ubicación. Lo primero es ubicar la edificación, si es un chalet en una montaña o un piso en un edificio urbano con calefacción central; en este último caso habrá que poner un contador que controle el consumo de cada vivienda.
- Lo segundo, conocer los tipos de calefacción en el mercado:
- Radiadores: Estupendo para una calefacción centralizada y puede ser alimentado por una caldera. Son cómodos y menos propensos a mover polvo y alérgenos.
- Suelo radiante: Proporciona una distribución uniforme del calor y es eficiente, y muy agradable, pero su instalación suele ser costosa.
- Bombas de calor: Sistema de climatización que calienta o enfría el aire, a diferencia de los radiadores y suelo radiante.
- Estufas de leña o pellets: Esta es la opción clásica por su belleza y por lo agradable del fuego; es perfecto para zonas donde sus combustibles son económicos y abundantes.
3. Por el combustible o el tipo de energía:
- Gas natural: Es uno de los combustibles más comunes y suele ser eficiente, pero requiere una instalación adecuada y acceso a la red de gas.
- Electricidad: Fuente de energía muy eficaz y más barata que el gas hoy en día, especialmente indicado parala la aerotermia. Con paneles solares el coste puede ser cero.
- Propano o gasóleo: Son alternativas donde no hay acceso al gas natural, pero pueden ser más caros y requieren almacenamiento. Con vistas a futuro les queda poco tiempo porque son poco eficaces y contaminan.
- Renovables: la energía solar o la biomasa, son opciones más sostenibles y pueden ofrecer ahorros a largo plazo; requieren una inversión inicial.
4. Por el coste inicial, periódico y de operación: Para comprender el precio de un sistema hemos de establecer un presupuesto para la compra e instalación, pero también evaluar el costo a largo plazo, incluyendo el mantenimiento y las factura que vendrán.
5. Tamaño y aislamiento de tu hogar: Otra variable es el cálculo de carga térmica para saber cuánta calefacción necesitamos. Y otra comprobar si nuestra casa está bien aislada para maximizar la eficiencia del sistema de calefacción que elijamos.
6. La casa pasiva: Passivhaus es un enfoque de diseño arquitectónico que busca maximizar el confort interior y minimizar la dependencia de sistemas activos, como la calefacción o el aire acondicionado.
7. Sostenibilidad y futuro energético: hay que tener en cuenta las posibles regulaciones futuras que puedan afectar nuestra elección. Lo ideal sería que consideremos la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
8. Consulta con profesionales. En resumen, cualquier sistema que elijamos debe estar bien calculado de acuerdo a nuestras necesidades e instalado por profesionales certificados para asegurar su correcto funcionamiento y seguridad.