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Localizado en el centro de la ciudad de Mahón, destino de referencia para los amantes de los espacios naturales vírgenes – y, recientemente, también para aquellos connoisseurs del ámbito artístico – se erige un privilegiado espacio hostelero que destaca por su exquisita concepción de la privacidad y la cercanía de la que disfrutan sus huéspedes: Cristine Bedfor, un proyecto hostelero en la isla de Menorca inaugurado en 2020 y concebido para convertirse, inevitablemente, en un segundo hogar para todos aquellos que decidan cruzar el umbral de su puerta.
Ideado por Cristina Lozano junto a su socio Daniel Entrecanales, esta nueva oportunidad premium para la experiencia hostelera boutique recoge la personalidad única de Menorca y otros elementos que pertenecen a la cara más amable, sostenible y apetecible de la región, dando vida a una casa de huéspedes que se autodefine como un enclave para los amigos de la figura de Cristine Bedfor, alterego de la anfitriona perfecta cuyo compromiso reside en hacer sentir a sus clientes y amigos en casa, compartiendo con ellxs los rincones y tradiciones más especiales de la isla.
Las 21 habitaciones, concebidas por el interiorista Lorenzo Castillo, son fruto de un refinado trabajo de mezcla de estilos, recuerdos y objetos que otorgan a cada uno de estos espacios una personalidad cálida y elegante que lejos queda de la imagen de cualquier otro hotel que hayamos visitado previamente.
El aire fresco –y aún enormemente sofisticado- que facilita el juego de sus telas, luces y colores presenta cada habitación como un lugar perfecto para respirar, descansar y desconectar.
“Nos encanta que la gente sienta que puede bajar a desayunar en pijama y zapatillas. Que un chico se ponga a trabajar en un sofá del salón, una señora se siente otro al lado a tomar una Coca-Cola y que entablen una conversación amable y serena.
Estamos consiguiendo generar esa clase de relación entre los huéspedes y también con nuestro personal. Cristine Bedfor es un lugar donde las habitaciones no se cierran con llave”.
El espacio del jardín, diseñado por el reconocido paisajista Álvaro de la Rosa nos recuerda la situación del hotel en Mahón, todo un oasis secreto en el centro histórico de la capital de la isla y un pequeño pulmón en una zona viva en la que la naturaleza nos acoge, nos envuelve e impregna nuestros cinco sentidos.
Aludiendo a estos mismos sentidos, Cristine Bedfor nos hace llegar una oferta gastronómica arraigada a la tierra de la mano de Ses Forquilles, apostando por una cocina local y de kilometro 0. Una cocina directa y fresca cuyos platos respiran tradición y sabor menorquín.
El proyecto otorga además una importancia clave a otro elemento esencial a la personalidad de Cristine Bedfor, el sentido de la responsabilidad ecológica.
El compromiso de la casa asegura el desarrollo de su actividad y la respuesta a sus necesidades actuales sin comprometer a las de las siguientes generaciones.
Cristine Bedfor ya forma parte de Menorca Reserva de Biosfera, distintivo de sostenibilidad que pone en valor a todas aquellas empresas que desarrollan su actividad económica en la isla con iniciativas para proteger el medio ambiente, la cultura y la sociedad menorquinas.
Además, junto a Menorca Preservation Fund (MPF), una fundación local, la casa de huéspedes pone en macha un ambicioso proyecto a largo plazo: ‘Dream Global, Eat Local’ que tiene como objetivo potenciar el consumo de productos regionales en el ámbito local e internacional, apoyando así a la economía de la isla.
Fotografías: Daniel Schaefer