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Mientras en España no podemos prescindir de una buena persiana que nos de refugio cuando cae la noche, en el resto de países europeos (Bélgica, Londres, Alemania…) pasan directamente a las cortinas. Y es que ciertamente este campo está lleno de alternativas y posibilidades, razón por la cual hoy os traemos un post sobre decoración con cortinas. Un elemento capaz de aportar un toque especial a nuestro hogar. Pero hay que tener mucho cuidado para dar con la cortina idónea, dado que su variedad de estilos, texturas, colores, tejidos, e incluso funcionamiento, puede crear cierta confusión.
En primer lugar, comenzaremos hablando de las cortinas de toda la vida. Hoy día muchos se olvidan del primer complemento que ha de vestir toda ventana, los visillos. Estos sirven para garantizar que la luz no traspase cuando no se desea y, habitualmente, son diseñados con telas muy livianas. Aunque se suele optar por tonos neutros y suaves que den protagonismo a las cortinas, si el textil del visillo es de color, la luz filtrada tomará su matiz creando un ambiente lleno de personalidad.
Con o sin visillos, las cortinas principales pueden cambiar el aspecto de una estancia. A juego con la decoración interior, muchos optan por experimentar con la paleta de colores. El verde esmeralda se convierte en un perfecto aliado para dar a estancias centrales como el salón un aspecto elegante y sobrio. Mientras en la primera imagen observamos un estilo británico sofisticado, en las posteriores fotografías podemos disfrutar de un aire barroco. Los motivos florales también son una excelente opción así como el color amarillo, color en alza actualmente en el interiorismo.
Para los que prefieren crear un ambiente armónico donde predominen los colores neutros, tales como el huevo roto o el arena, dejando las cortinas en un segundo plano, también traemos algunas sugerencias. En esta línea, las cortinas de lino blanco se convierten en el perfecto compañero para aquellos hogares que buscan la fluidez, la limpieza estética y exprimir al máximo los rayos de sol para disfrutar de estancias luminosas. Las casas rústicas o de campo emplean este cortinaje tanto en interiores como exteriores.
Para los nostálgicos que no pueden desprenderse de las persianas, siempre quedarán las cortinas back out o cortinas “persiana”, aquellas que pueden enrollarse ya sea en dirección horizontal, como si de un panel se tratara, o en dirección vertical.
Pero el arte del cortinaje no se limita a ventanas o patios sino que sus utilidades se extienden más allá. Cortinas convertidas en puertas para no cerrar los espacios o sobre las camas del dormitorio principal. Esto último nos lleva a hablar de las camas con dosel o cortinaje, algo que nos traslada a una época pasada llena de magia y estilo.