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No hablamos de imposibles sino de dos tendencias que, aunque pueda parecer lo contrario, empastan a la perfección. No se trata de llevar el campo a la ciudad, se trata de introducir y compaginar de forma lógica ambas tendencias decorativas. La decoración rústica urbana pega fuerte, así que debéis estar atentos de todos estos consejos si queréis llevarla a buen puerto.
Como sabemos, en la decoración rústica los materiales naturales se hacen indispensables, La piedra, la combinación de maderas, la cerámica, el mimbre o los colores naturales son el must obligado; siempre, en busca de un ambiente acogedor, hogareño y relajado. El auge de este estilo decorativo en la ciudad reside en la aparición de sus versiones más contemporáneas y menos “recargadas».
La presencia de objetos decorativos en versión rústica encuentra su lugar en cabeceros, lámparas, espejos, manteles y mantas e incluso cestos para las revistas o los libros. Se trata por apostar por lo natural sobre una estética urbana, estructurada y más minimalista. De esta manera, ambas tendencias quedan compensadas y encuentran el equilibrio.
En cuanto a la decoración urbana, priman las líneas rectas y limpias, la funcionalidad y el orden. Se inspira en el diseño minimalista y polivalente donde todo consigue un doble uso. Una decoración creativa y cómoda a la que con ciertos toques rústicos se la carga de personalidad propia. El papel pintado, el mobiliario desgastado o los colores verdes y rojos son excelentes fórmulas para conseguirlo.
La decoración urbana tiende al concepto americano de espacio abierto en pos de aprovechar el espacio útil disponible, integrando la cocina en el salón, tirando tabiques, poniendo biombos o puertas más fluidas, etc. Una estructura que se contrapone a la decoración rústica donde cada estancia de la casa es un mundo. Gana, por tanto, la estructura urbana, quedando lo rústico relegado a objetos y accesorios decorativos y encontrando su punto álgido en los baños y cocinas.
El recibidor, sin embargo, es un nexo común en ambas tendencias decorativas, y si es blanco o en colores suaves, mucho mejor. Un espacio práctico donde dejar las llaves, el abrigo y las demás pertenencias que nos acompañan en nuestro día a día. Otra constante en ambos estilos es el uso de fotografías, posters y cuadros donde pueden encajar desde mensajes divertidos hasta coches vintage o escenas de campo.
Las imágenes de este post muestran los básicos de cada decoración y su punto de unión. Esta temporada, la decoración rústica urbana se alza como fuente de inspiración. La mezcla de texturas, de accesorios decorativos, de elementos naturales y artificiales, de la tecnología con artículos vintage y analógicos… da con el resultado óptimo.