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La creatividad engloba muchos aspectos diferentes y muchas categorías donde esta se desarrolla. Categorías que, por diferentes que sean, llegan a juntarse unidas precisamente por esta.
Del mundo del interiorismo al de la moda se podría decir que hay tan solo un paso y es que ambos siguen líneas y caminos paralelos que, al igual que en otros campos, incluso pueden llegar a cruzarse en ciertos puntos y momentos. Diseños donde formas, colores, tejidos y un sinfín de combinaciones convergen para dar lugar a formas puramente bellas y con ese buen gusto de quienes entienden su esencia.
Prueba de esa convergencia es el nuevo espacio de Juan Vidal, que no estudio. Y es que el diseñador ha ido un paso más allá creando un espacio multiusos donde todo comienza y llega a su fin, desde el showroom o el atelier, hasta un estudio fotográfico para producir sus propias campañas e incluso para recibir a sus clientas a medida. Además, el diseñador español ha tomado las riendas del proyecto para diseñar lo que será un lugar donde todo tiene cabida.
Un estudio donde incluso el suelo de microcemento es de color blanco, convirtiéndolo así en un lugar acogedor donde la vista nos lo agradecerá nada más entrar. Un espacio que es, a decir verdad, la antítesis de sus creaciones de moda: líneas industriales y limpias que contrastan con vestidos de coloridos estampados, en tejidos ligeros y cargados de movimiento y líneas que fluyen allá a donde las lleve el viento.
Pero además, esa pureza del color blanco se rompe, por momentos, interrumpida por los trazos en un color negro que nos recuerda a su vez la ausencia de otros colores.
Todo esto se ve enfatizado gracias a la luz que entra por los ventanales y que se completa con una luz en el techo con formas ovaladas. Dos tipos de luz que contrastan tanto en el color y la procedencia, como en las formas de cada una de ellas.
Cabe destacar a su vez varios elementos que forman parte del espacio y que han sido obra del diseñador: un maravilloso espejo rectangular de gran tamaño y sobre ruedas para poder desplazarlo; un banco negro de estilo industrial y con las patas en diagonal que contrastan con la horizontalidad del propio asiento; por último, las mesas de trabajo hechas a medida en color blanco lacado y sobre unos caballetes que hacen la función de patas.
La unión perfecta entre diseño y funcionalidad al servicio de la moda, y es que además Juan Vidal ha presentado su última colección junto con su nuevo espacio. Fortune es su tercer drop, una colección una nueva cápsula que rinde homenaje a la diosa de la Fortuna y la buena suerte en todas sus manifestaciones. Una colección que busca fomentar la idea de que, aunque el destino puede ser ambiguo, siempre podemos encontrar elementos y símbolos que nos ayuden a atraer la buena suerte.
Una colección que mezcla dos estampados donde convergen diseño y moda a través del hilo de la fortuna. El primero de ellos representa la buena suerte en diferentes culturas, como la rana o las mariposas, por su capacidad de transformación; la flor de loto, asociada al renacer en China y la posibilidad de borrar el pasado para comenzar de nuevo. Lo hace a través de un tejido de fondo negro, ilustrando vestidos y pijamas de carácter oversized realizados en un twill reciclado.
Por otro lado, un pequeño guiño a la quiromancia, una técnica milenaria que consiste en leer las líneas de las manos para conocer el destino y que se hace a través del mantón de Manila, una prenda de marcado carácter femenino, relacionada con el folclore, y que evoca la buenaventura gitana. Plisados soleil y plisados cristal que ofrecen una nueva visión de este código, aportando un carácter de modernidad.
Del interiorismo a la moda, así convergen estas dos categorías creativas en el día a día del diseñador Juan Vidal.