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Siempre hay ideas inspiradoras que pueden tomarse como referencia. Si optas por compartir tu vida con alguien por qué no compartir también tu casa, y fue precisamente esto lo que hicieron dos amigos en Noruega. Compartían el sueño de convertirse en propietarios de una casa donde pudieran convivir ambas familias con total independencia. Nos muestran así una Noruega bohemia con aires de ensueño.
Las ventajas de una casa compartida como forma de vida son muy diversas. A nivel económico, los gastos quedan divididos entre ambas familias incluyendo la tediosa hipoteca. Pero no sólo eso, sino que se refuerzan los vínculos emocionales, y es en lo que debieron pensar estos dos amigos cuando se metieron en este proyecto conjunto de reformas, interiorismo y grandes resultados.
Hicieron su sueño realidad cuando encontraron una casa de madera en medio de Rodeløkka, Oslo, y se pusieron de acuerdo en qué planta de la casa viviría cada uno de ellos. Entre ambos renovaron la casa, prestando especial atención en conservar la mayor parte de detalles originales y concediendo a la vivienda un toque bohemio y hogareño con un excelente resultado, recogido en las siguientes instantáneas.
Una casa donde el estilo boho chic se respira por todos los poros. Predomina la mezcla de materiales y objetos pero sin excesos, consiguiendo que todas las piezas encajen perfectamente.
Se utiliza el blanco de fondo o papeles pintados de colores suaves para conseguir la armonía estética, a los que posteriormente se suman telas y cojines de terciopelo, objetos vintage y reciclados, la madera como elemento primordial y obras de arte de épocas diversas.
La decoración rústica y hogareña también tiene su hueco en este ambiente, con un toque más contemporáneo. Se recuperan cajas de madera que hacen las veces de mesilla, sillas de hierro envejecido o las mantas tradicionales de tu abuela. Los muebles artesanales y cálidos otorgan a la casa mayor personalidad. Todo, rejuvenecido con la mezcla de elementos.
Todas las fotografías muestran la planta de arriba ocupada por una de las familias cuyo sueño se hizo realidad el otoño de 2011. Helen Andersen, aún con dos gemelos en camino, fue la gran responsable de la decoración y organización del espacio.
Tal como afirmaba para un blog de su país, buscaba que la luz pudiera entrar por diferentes lados de la casa y que transmitiera un ambiente relajado. Los armarios y estanterías se convierten en indispensables para el almacenamiento de las cosas y se busca la funcionalidad práctica con una estética refinada.
Una instantánea de una de las familias impulsoras de esta maravillosa idea, ya con sus gemelos y la casa acabada.