Contenidos
“Olivar” es un proyecto residencial sito en la Calle Olivar del popular y cambiante barrio de Lavapiés.
Se trata de una vivienda de 80 metros cuadrados que, tras 30 años de clausura, requería una intervención total. Su distribución se describía como un largo pasillo de múltiples puertas que conducían a 4 pequeñas habitaciones, una cocina y un baño de apenas 2 metros cuadrados de planta alargada.
Todo esto desembocaba en un también modesto salón con un balcón como única fuente de luz. En la pared tres capas de papeles que habrán dejado de fabricarse en los años de la transición y mucho pero que mucho polvo. No había otra opción que echarlo todo abajo y comenzar de cero.
Esta vivienda acababa de ser adquirida por un médico soltero y daltónico que valora mucho la luz, la amplitud y la comodidad… Su daltonismo es una de las peculiaridades que más han disfrutado en el estudio de diseño y que más les aportó dentro de este proyecto. Nunca se habían enfrentado a diseñar para una persona que tiene otra forma de ver y, según afirman, «fue fascinante».
Fueron muchas, pero muchas las pruebas de color para aprender a ver cómo él. La más mínima variación de tono convertía el rojo en un verde. Siendo, por cierto, este el color que mejor percibe -en casi toda su gama-. De ahí (junto a la ubicación) que este proyecto se llamase Olivar. Un gran homenaje a los verdes de la Península Ibérica.
Tras la demolición, convirtieron esa compartimentada planta en un espacio más diáfano y luminoso de dos habitaciones, cocina, un buen baño y un gran salón. Nuestro cliente no da gran importancia al tamaño al dormitorio. En cambio, uno de sus grandes deseos era tener un baño con bañera, donde relajarse habitualmente. Y sus deseos fueron órdenes.
Tras varias reuniones, en las que escarbaron todo lo posible hasta localizar los entresijos de su gusto, sus necesidades y hábitos, generé para él un espacio de estilo sobrio y ecléctico, donde pudieran convivir piezas de diferente estilo, enlazadas por una paleta cromática de tonos tostados (Cenizos, dorados, acalderados y olivados).
El cliente de Kando Estudio no suele recibir gente en casa, pero quería prever una opción de comedor para puntuales ocasiones, sin que esto robara mucho espacio de su nuevo hogar. Fue este el punto de partida para el salón. Pieza clave de este proyecto. Fue entonces que decidieron diseñar una consola “Transformer” que se convierte en mesa de comedor, con una altura adaptada al asiento de butacas para que, cuando fuera
necesario, todos los elementos que conforman su casa mutaran para crear ese espacio de seis comensales.
Una vez conseguido este punto vino todo lo demás. Cuatro butacas Stua (COSTURA Y LIBERA) y un banco (NUB) de Fritz Hansen, diseñado por Patricia Urquiola, serán los acompañantes de este peculiar comedor, coronado por una ya antigüedad francesa de mediados del siglo XX. Un secreter reconvertido en mueble bar; una opción para tener siempre a mano todo lo necesario para hacer vida en el salón.
Un dormitorio botánico con toques de las Seychelles
Para su dormitorio los requerimientos eran bastante más básicos. Mucho almacenaje y un colchón cómodo. Pero conociendo su predilección por la botánica y los buenos recuerdos de su pasado en Seychelles, quise hacer de este un espacio de inspiración vegetal para acompañar sus sueños. Para este espacio he determinado una paleta dominada por tonos agrisados y relajantes en contraste con un tono caldera intenso que aporta la calidez necesaria a la hora de ponerse el pijama.
La segunda habitación, ubicada al final de la vivienda, es el despacho del propietario y habitual espacio de lectura, reservando siempre la posibilidad de alojar visitas esporádicas en una cómoda cama doble, oculta tras un sofá y escudada en un armario y un librero.
Por último, tenemos la cocina, zona donde él pasa poco tiempo. Kando ha querido generar un espacio cálido y equilibrado donde apetezca sentarse a desayunar, merendar o tomar algo mientras cocinas. Aprovechando una hornacina original de la vivienda, también se ha proyectado un mueble alacena, donde almacenar sal, azúcar, café y las decenas de tipos de té que el cliente suele tomar.
Todos estos espacios has sido complementados con pequeños detalles decorativos, que dotan el proyecto de matices y personalidad. Esculturas Vitra, platos decorativos de Vista Alegre, diseñado por Jaime Hayon, alguna lámpara de Aromas del campo, cojines de Studio Fi y alfombras de KP. Además de un material que, para Kando, «es un tesoro».
Las molduras y paneles 3D de la Casa Orac Decor. Dieron ritmo al pasillo de entrada con uno de sus diseños y con otro acabaron gran parte del baño, que ha sido un acierto total. Es un material muy versátil y da un acabado peculiar e interesante.
Otro detalle que muy personalizado en el desarrollo de este proyecto son las cristaleras. Unas ubicadas como dintel en la puerta del baño, para dotar de luz natural al pasillo de entrada, otra condenando el paso del baño original de la vivienda (ahora, parte de la cocina) y por último la puerta corredera del estudio. Tres elementos que el estudio diseñó muy eficientemente y que aportan mucho carácter al espacio.
Finalmente, y como guinda Kando nos confiesa que los cuadros principales de la vivienda son también obra suya. Todos los del salón y el estudio. No era este el plan inicial, pero fue la solución ideal tras no encontrar en galerías alguna pieza que encajara en el gusto y presupuesto que el cliente tenía para este fin. Fue así que el estudio planteó la posibilidad de diseñar los cuadros hechos a medida para su casa. Adaptados cromática y estilísticamente al espacio y basados en el gusto y percepción de los colores del cliente.
Datos de atribución:
Proyecto de: Kando Estudio
Diseñador: Kando
Fotografía: Lupe Clemente Fotografía
Año de ejecución: 2020
Localidad: Lavapiés-Madrid
Marcas vinculadas: Stua – Vitra – Enea – KP – Andreu World (Patricia Urquiola) – Vista
Alegre (Jaime Hayon) – Orac Decor – Studio FI