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En la disciplina artística nos sorprenden de vez en cuando con verdaderas obras de arte que constituyen un punto de inflexión. Un ejemplo de ello es la primera estructura arquitectónica impresa en 3D, fruto del trabajo conjunto de una pareja de diseñadores cuyo estudio, Smith Allen Studio, se localiza en Oakland, California (EE.UU.). Conocida con el nombre de “Echoviren” sorprendió a muchos, obteniendo gran eco mediático.
Se trata de un pequeño espacio de 10x10x8 metros ideado para integrarse en el medio natural y disfrutar de él de la forma más ecológica posible, de ahí su denominación. Un espacio sostenible levantado el pasado agosto de 2013 como un pequeño refugio, un área de desconexión o una simple zona de contemplación del paisaje.
De acuerdo con el objetivo de integrar la obra en plena naturaleza, esta está situada en medio de un bosque de secuoyas. La forma circular del pabellón “Echoviren” permite filtrar la luz simulando las copas de los árboles gracias a las formas abiertas que componen las paredes de esta peculiar estructura. El techo totalmente despejado permite disfrutar de las vistas del entorno, por lo que dentro de esta plataforma te conviertes en una parte más del medio que te rodea.
No solo se trata de la primera estructura arquitectónica impresa en 3D sino también de una experiencia única. Se compone por 585 piezas impresas de forma individual que, posteriormente, se ensamblaron a presión, lo que llevó cuatro días de montaje en el emplazamiento del bosque seleccionado. Una plataforma que, de acuerdo a sus características, es capaz de crear miles de micro-hábitats sirviendo de hogar para insectos, musgos y aves; una extensión más del ecosistema.
El material utilizado para la fabricación de “Echoviren” es conocido como PLA, un termoplástico obtenido a partir de almidón de maíz que se irá degradando hasta formar parte del bosque en tan solo 50 años. Una combinación donde la última tecnología, el arte y la ecología van de la mano y se refuerzan entre sí, aspecto clave del diseño de Smith Allen Studio.
A los que dicen que ya está todo inventado, esta obra no hace más que demostrar como el ser humano es capaz de superar sus límites constantemente, descubriendo nuevos proyectos de gran relevancia. Relevancia que, en este caso concreto, reside en la posibilidad de convivir perfectamente con la naturaleza sin olvidar los avances tecnológicos y el diseño.
La primera reacción que te invade es la de viajar hasta ese bosque de secuoyas y quedarte tranquilamente tendido en el suelo en medio del pabellón mientras la luz se filtra y contemplas las maravillosas vistas. ¿Y a vosotros qué os parece, os ha sorprendido tanto como a nosotros?