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Hoy os queremos mostrar un piso localizado en un edificio señorial obra del interiorista y diseñador internacional Ignacio García Vinuesa con fotografías de Lupe Clemente. Situado en una de las calles que unen los madrileños barrios de Chueca y Justicia, se ha decorado con mobiliario de grandes firmas, antigüedades y piezas únicas, el resultado es una auténtica obra de arte a gran escala.
Cada rincón es digno de observar y apreciar, cada objeto cuenta una historia y es una pieza de colección. Nos adentramos en las estancias de este apartamento, que aunque se destinará a uso privado, bien podría ser considerado un museo más de la capital.
Lo cierto es que este piso ya estaba decorado anteriormente con una propuesta muy atractiva. Por eso, el gran reto de García Vinuesa fue mejorar y crear un espacio propio, en una casa que ya de por si contaba con una decoración de lujo.
La primera estancia que observamos fue el recibidor. Anteriormente era un espacio amplio y luminoso, pero quizás demasiado sobrio.
El interiorista utilizó la mesa anterior estilo art decó que presidía el espacio, a la que le sumo dos banquetas tapizadas en cebra que el diseñador compró para el apartamento en el famoso mercado de las pulgas de París. Para continuar con la línea sesentera, cambió la lámpara de araña por una original lámpara dorada del diseñador Víctor Pintado. La alfombra beige rompe la continuidad del suelo mientras que la nota de color la dan dos hermosos cuadros, que contrastan con la monotonía de las paredes anteriores.
A continuación y a través de unas hermosas puertas de pino teñido, llegamos a la zona de estar. Las puertas, que anteriormente estaban lacadas en blanco, han sido pintadas de un gris azulado que las hace destacar entre las paredes claras.
La anterior decoración de la sala de estar era colorida y juvenil pero un tanto ecléctica, lo que hacía que desentonase con el resto de la casa y provocaba que pareciese fuera de lugar.
El objetivo de García Vinuesa al redecorar esta casa era crear una hilo conductor entre todos los espacios. Por eso eligió de nuevo mobiliario art decó, siguiendo la linea del recibidor.
Lo primero que llama nuestra atención es la consola situada al fondo y la mesa baja central lacada en rojo, ambas piezas son un diseño del propio Vinuesa. El gran sofá de cuero oscuro que recorre toda la habitación es de Andrew Martin y las butacas Platner, editadas por la firma Knoll, se adquirieron en Naharro.
El contrapunto de color lo dan de nuevos los cuadros que colgados de las paredes, ayudan a revitalizar la estancia, y a crear una línea común a través de los diferentes espacios.
Desde el salón se accede al comedor y posteriormente a la cocina. La continuidad de espacios es una de las características del apartamento, en el que las puertas parecen estar siempre abiertas, a pesar de que al cerrarlas la intimidad que se consigue es total.
Los pasillos también han sido redorados con el uso de elementos decorativos. Frente a la sobriedad y luminosidad del pasillo anterior, destacan las decenas de fotos que decoran la reforma de Vinuesa, y que dan a la casa la sensación de vida que necesita un hogar.
El comedor no ha sufrido cambios demasiado visibles. Se ha mantenido la mesa y las sillas iniciales de estilo nórdico de la marca Crisal. El cambio de look más evidente se ha conseguido con la lámpara estilo años 80 y el cambio de color de las puertas y ventanas.
Acompañando al conjunto de comedor vemos unas hermosas estanterías también diseñadas por Vinuesa. Bajo nuestros pies se ha colocado una alfombra que recorre todo el espacio y es de piel de vaca, de la marca Inthai.
La cocina y el baño, son la únicas estancias que no han pasado por la remodelación. Sin embargo merece la pena mostraros el gusto con el que están decorados los fogones de esta casa. Se trata de una estancia señorial, con techos salpicados con molduras decorativas y un rosetón central que hace destacar la lámpara de la firma Serge Mouille. El mobiliario sobrio de la cocina esta integrado en la pared y es de madera de nogal oscuro con encimara de granito. Es obra de Javier Simancas.
La isla central además de servir como superficie de trabajo (en ella se sitúa el fregadero) tiene una zona de desayunos, acompañada de unos taburetes de cuero negro de Ingenia Contract. A la izquierda, en la pared, podemos ver un original cuadro de Fernand Léger.
El arte forma de todas las habitaciones, y la cocina no podía ser una excepción. Por ello, uno de las zonas predilectas de la casa para el diseñador, es el rincón que ocupa «la Menina» que firma Manolo Valdés y que corona la cocina.
Dejando a un lado las zonas comunes llegamos al dormitorio. Anteriormente se trataba de un espacio menos sofisticado y sobre todo menos práctico.
La reforma no solo ha mejorado el mobiliario, sino que también ha ampliado el espacio de la habitación de forma que se le ha añadido una zona de descanso o lectura. Nada más entrar, nuestra atención se va hacia la hermosa cama, enmarcada por un sobrio cabecero diseño de KA Internacional. Las paredes están decoradas con papel que simula madera trenzada. La cama, de gran tamaño, está acompañada de dos mesitas gemelas diseño de Felipe Lindberg. Otro elemento clave de la habitación matrimonial es el sofá, de Ligne Roset y la lámpara Archimoon, de Philippe Starck para Flos.
Para terminar, nos encontramos el cuarto de baño, donde tampoco se han producido cambios significativos. Pero donde destacan los grandes espejos y la ventana ovalada, pieza histórica de la casa.
Volviendo al hall, no podemos evitar fijarnos en las piezas de cerámicas, colocadas sobre la mesa de bienvenida. Son objetos singulares, que el diseñador ha adquirido en diferentes viajes, pero que combinan a la perfección con el resto de elementos del apartamento.
La sensación final que trasmite la redecoración de este piso del céntrico Madrid, es la de lujo y elegancia. Todos los detalles están cuidados a la perfección y el resultado es una casa que ya antes era hermosa pero que ahora es en sí una obra de arte.
Un lugar donde cada habitación consigue convertirse en una exposición de objetos únicos, dignos de admirar.