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Este arquitecto y diseñador italiano de origen austríaco fue una de las figuras más destacadas del diseño europeo durante el siglo XX, conocido especialmente por formar el histriónico y atrevido grupo Memphis.
Ettore Sottsass nació en 1917 en Innsbruck, Austria, y falleción en Milán en 2007 a los 90 años después de labrarse un nombre como uno de los diseñadores más importantes del siglo XX y uno de los más importantes de toda la historia de Italia, a cuyo diseño consiguió dar fama internacional.
Aunque naciera en Austria, Sottsass fue italiano de adopción y fundamental a la hora de definir el llamado Italian style. Se trasladó con su familia a Milán, y siguió los pasos de su padre, arquitecto de profesión, graduándose en la Politécnica de Turín en 1939. Después sirvió en la milicia italiana durante la II Guerra Mundial, y tras estar retenido en un campo de prisioneros en Yugoslavia regresó a casa, donde trabajaría en un despacho de arquitectos y en diversos proyectos junto a su padre hasta que en 1948 fundó su propio estudio de diseño arquitectónico e industrial, que llamaría sencillamente «el Estudio».
Entre 1946 y 1956, Sottsass se dedicó gestionar proyectos artísticos, a escribir para la revista de arte y arquitectura Domus, diseñó piezas de cerámica para la firma Bitossi, trabajó como arquitecto y empezó a desarrollar sus pasiones por la fotografía y la pintura.
No sería hasta 1956, a raíz de un viaje a Nueva York, que su carrera giraría decididamente hacia el diseño de producto: trabajó durante un mes en el estudio del diseñador estadounidense George Nelson, y su experiencia en la gran ciudad tuvo un gran impacto en él. En sus propias palabras, se vio expuesto a una revolución, industrial e intelectual, que no veía en una Europa que todavía se recuperaba de los estragos de la guerra.
De vuelta a Italia, se convirtió en creativo para la firma de mobiliario Polotronova, en Florencia, y en 1958 aceptó un empleo como consultor de diseño en la división de electrónica del grupo italiano Olivetti. Trabajaría allí durante más de 20 años, y fue de la mano de esta firma que Sottsass comenzó a labrarse un nombre como diseñador: alguien que a través de la innovación en la forma y el color podía convertir el material de oficina (los productos que fabricaba Olivetti) en algo moderno y acorde con la cultura popular.
El ordenador Elea 9003, que diseñó junto a Mario Tchou y Roberto Olivetti, les valió el premio Compasso d’Oro en 1960; y su máquina de escribir «Valentine» continúa siendo a día de hoy uno de sus diseños más célebres. Expuesta en el MOMA todavía en la actualidad, esta máquina portátil de vivo plástico rojo vio la luz en 1970 y se convirtió en algo más que un instrumento para escribir, pasando a ser todo un icono, un accesorio de moda y todo un statement de diseño.
Tras trabajar con Olivetti durante varias años, Sottsass empezó a sentir que su creatividad era asfixiada por el trabajo corporativo y la necesidad de satisfacer el creciente consumismo, por lo que hacia el final de la década de los 60 comenzó a experimentar más con sus diseños, que expresaban la influencia que sus viajes por EEUU y la India había tenido sobre él y anticipaban, con sus colores sólidos y vívidos y sus formas arriesgadas lo que años después sería Memphis.
De su colaboración con jóvenes diseñadores de los estudios Archizoom Associati o Superstudio y de su acercamiento a la corriente arquitectónica conocida como «Radical» surgió en los 70 Global Tools, una escuela basada en la libre creatividad individual. Aunque a día de hoy se le conoce más por su faceta de diseñador, también fue internacionalmente conocido como arquitecto y sus proyectos se extienden por todo el mundo. A lo largo de su carrera ha contado con la cooperación de amigos muy reconocidos en el campo de la arquitectura y el diseño como Aldo Cibic, James Irvine o Matteo Thun.
En 1981 fundó y lideró junto a su mujer Bárbara Radice el Grupo Memphis, que involucró a grandes diseñadores como Hans Hollein, Arata Isozaki, Andrea Branzi o Michele de Lucchi. Memphis fue una apuesta arriesgada, difícilmente clasificable y, si bien a día de hoy puede parecer demasiado en todos los sentidos, supuso un soplo de aire fresco en un panorama del diseño dominado por el modernismo y un intento de revelarse creativamente contra el excesivo yugo de la funcionalidad en el diseño industrial.
«Para mí, el diseño es una forma de discutir la vida, la sociedad, el erotismo, la política, la comida», declararía Sottsass, «No es dar una forma u otra a un producto destinado a la industria más o menos sofisticada, sino que […] la tecnología es una de las metáforas de la vida».
Anti-diseño irreverente postmodernista, colores brillantes, materiales considerados poco nobles como el plástico ensamblados de forma inusual con vidrio, madera o metal y estética kitsch que supusieron un punto de inflexión en el diseño. Sottsass diseñó cubertería, mobiliario y objetos de cristal y cerámica, y hasta su disolución en 1988 Memphis promovió una aproximación más artística y conceptual al diseño, opuesta a la rigidez del racionalismo clásico.
Sottsass, no obstante, se desligó pronto del Grupo Memphis, en 1985. Fundó entonces Sottsass Associati, un grupo de diseño y arquitectura junto con otros ex-miembros de Memphis como James Irvine o Johanna Grawunder. Volvió a centrarse así en la arquitectura, y diseñó casas particulares, como la Wolf y la Olabuenaga, edificios públicos como el aeropuerto de Malpensa en Milán e instalaciones para grandes compañías internacional como Apple o Siemens.
Su trabajo, enmarcado en el radicalismo, promovía una arquitectura antropomórfica: una arquitectura que se estructura en torno al hombre, una forma de contacto orgánica entre la construcción y la naturaleza. También trabajó en algunos proyectos de diseño, para firmas como Fiorucci, Alessi, Artemide o Esprit. A día de hoy, Sottsass Associati sigue funcionando y está basada en Londres y Milán.
A lo largo de su carrera, Sottsass trabajó una amplia gama de disciplinas artísticas, creó una gran obra que abarcó desde mobiliario y cerámica hasta joyería, edificios, material de oficina y escultura, y se inspiró en multitud de motivos, como culturas extranjeras (sobre todo la india) o el pop art.
Con su trabajo colorista y alegre se diferenció del resto de diseñadores contemporáneos, y su labor ha sido reconocida con múltiples premios: además del ya mencionado Compás de Oro, en 1968 recibió un doctorado honorífico del Royal College of Arts de Londres y en 1999 el premio Sir Misha Black. Numerosas exhibiciones y retrospectivas han recogido y celebrado sus obra en centros tan prestigiosos como el Georges Pompidou, el Los Angeles County Museum of Art, el Museo del Diseño de Londres o el Museo Nacional de Estocolmo.
Imágenes: ilcesendello, thewellappointedcatwalk, designboom
Actualizado el 13 de febrero de 2020.