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El protagonismo de este post reside en los espacios diseñados por Bruno Tarsia. Arquitecto, diseñador de interiores y estilista, es un hombre multifacético. Vive y trabaja en Milán, desde donde desarrolla sus proyectos laborales.
Se caracteriza por un gusto versátil y ecléctico, lo que le ha llevado a crear números editoriales para varias revistas, catálogos comerciales, exposiciones, e inclusive, campañas de publicidad. Pero también se encarga del diseño de interiores para clientes privados.
Gracias a su excelente gusto estético, poco a poco ha saltado de la decoración a la escenografía para sesiones de moda. Y es que, como se puede apreciar en las imágenes, cada creación suya es una verdadera obra de arte.
Su trabajo profesional se guía por un objetivo: combinar la realidad con la imaginación. Sus fotografías recogen cierta armonía poética, creatividad, cuidado por los detalles y elegancia a raudales. Aunque abarca diferentes estilos, sí es cierto que se especializa en buscar el equilibro de la dicotomía cromática.
Este profesional tiene la capacidad de crear estancias únicas, totalmente diferentes entre sí. En contraste con el total look blanco en clave nórdica, saltamos a ambientes modernistas donde los colores fuertes hacen acto de presencia. Naranjas, rojos, azulones… una paleta que combina a la perfección con piezas de diseño y obras de arte.
Si por el contrario deseamos espacios armónicos con cierta estética bohemia y decadente, Bruno Tarsia nos transporta a la antigua Grecia con la introducción de columnas, suelos de mármol con mosaicos integrados o camas con dosel. Nos encanta el juego de contrastes decorativos que consigue de forma natural.
La decoración étnica también tiene cabida. Con un añadido chic que reside en el cúmulo de accesorios, cada cual más especial, de estilo tribal sobre un fondo totalmente blanco para evitar el exceso. Sin lugar a dudas, la guinda original la pone el asiento colgante, en forma de huevo, tejido a mano.
Pero no todo trata de interiores, dado que Tarsia es capaz de crear espacios al aire libre que relajan a cualquiera con sólo contemplarlos. Bien una preciosa terraza con alta presencia artística o bien un porche en madera a donde escaparse para leer o desconectar. Recordemos así esos rincones de lectura que sirven de burbuja frente al mundo, perfectos para momentos de paz.