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Este septiembre, el Design Museum de Londres acoge una muestra mundial de la próxima generación de talentos del diseño. Discovered reúne a veinte diseñadores emergentes de dieciséis países para presentar a un visionario grupo de jóvenes creativos de toda Europa, África, Asia y Australasia en una extraordinaria exposición de muebles, objetos y obras escultóricas en madera.
Discovered, una colaboración entre el American Hardwood Export Council (AHEC) y la revista Wallpaper*, ofrece una serie de reflexiones personales sobre la experiencia pandémica y brinda una plataforma a la nueva generación de creativos tras un año sin acceso a los canales habituales de exposición. Por lo tanto, la muestra supone una oportunidad muy necesaria para que los nuevos diseñadores den a conocer su trabajo ante el público y la industria.
«Estamos en un momento en el que las nuevas generaciones necesitan más apoyo que nunca, así que para nosotros es un honor colaborar con AHEC en el lanzamiento de Discovered y garantizar que los diseñadores del mañana tengan la plataforma que se merecen».–Sarah Douglas, redactora jefe de Wallpaper*
Los diseñadores, seleccionados entre los directorios anuales de graduados de Wallpaper* y la propia red de AHEC, han colaborado con mentores de diseño y con los partners internacionales de fabricación de AHEC para desarrollar un objeto hecho a partir de una selección de cuatro maderas de frondosas sostenibles: roble rojo, cerezo, arce duro y arce blando estadounidenses.
A lo largo del proyecto, los diseñadores han contado con el apoyo y la orientación de la redactora jefe de Wallpaper*, Sarah Douglas, y del director de AHEC para Europa, David Venables, así como de un grupo internacional de diseñadores, como Tomoko Azumi, Maria Jeglinska-Adamczewska, Nathan Yong y Adam Markovitz.
«Estamos muy contentos de colaborar con Wallpaper* para atraer e inspirar a la nueva generación de jóvenes talentos del diseño. Discovered supone una oportunidad única para nosotros, ya que nos permitirá unir fuerzas por primera vez con las demás oficinas regionales de AHEC para desarrollar un proyecto creativo.
En colaboración con Wallpaper*, hemos seleccionado una interesantísima alineación de diseñadores procedentes de dieciséis países distintos. Este proyecto nos ha permitido proporcionarles una experiencia formativa sumamente valiosa sobre el diseño y el desarrollo de productos con madera de frondosas sostenible».– David Venables, director de AHEC para Europa.
Del 13 de septiembre al 10 de octubre de 2021, incluyendo la duración del London Design Festival, las obras de los veinte diseñadores se expondrán en el atrio del Design Museum, en la planta baja, que ocuparán para mostrar la creatividad del grupo y la versatilidad de los materiales elegidos.
Para desarrollar sus conceptos, se invitó a los participantes a pensar libremente en su experiencia de vivir y trabajar aislados, respondiendo a los temas del tacto, la reflexión y la fuerza, así como a canalizar su experiencia en una pieza que representara nuestras conexiones funcionales y emocionales con los objetos cotidianos. Los diseñadores han reflexionado sobre la identidad y la herencia cultural, los rituales familiares y sociales, la necesidad de adaptación provocada por la pandemia y el consuelo inherente al tacto.
Esto ha dado lugar a una selección de objetos de lo más diversa, que abarca desde muebles funcionales, como armarios, mesas y sillas, hasta obras más abstractas y escultóricas que mueven a la reflexión. En su conjunto, Discovered representa la inspiración que ha supuesto la experiencia del aislamiento en el viaje personal y creativo de cada diseñador en una época que ha sido extraordinaria para la gente, la industria y el mundo en general.
Los diseñadores y sus proyectos
Sizar Alexis-Lahmu. Eskilstuna, Suecia
Maderas: cerezo y roble rojo quemado estadounidenses.
Al haber vivido la guerra de Irak en la década de 1990, Alexis imaginó su casa como un búnker que protegiera a su familia y a su hijo recién nacido durante la pandemia. Atraído por las similitudes entre su propia experiencia infantil y la de su hijo pequeño, sus piezas escultóricas se caracterizan por las desnudas formas monolíticas y la quietud, que representan la conexión emocional con sus pensamientos durante la pandemia.
Los robustos volúmenes, inspirados en la arquitectura de los búnkeres, sirven tanto de mesas auxiliares como de banquetas y, al juntarse, componen un banco o un aparador bajo. Alexis eligió dos maderas muy distintas: la mitad de su pieza está hecha de un cálido cerezo estadounidense y la otra, que está fabricada en roble rojo, tiene la superficie quemada mediante una técnica de abrasión.
Isabelle Baudraz-Presences. Lausana, Suiza / Atenas, Grecia
Madera: cerezo estadounidense.
En su lucha contra el sentimiento de aislamiento, Baudraz recreó, con sus cuatro objetos, conexiones táctiles y emocionales. La colección, inspirada en la idea de llevar al hogar movimientos y formas naturales, consta de dos móviles suspendidos, un objeto de escritorio y una instalación mural diseñada para crear momentos de conexión táctil durante los días de aislamiento. Sus piezas están hechas en cerezo estadounidense: «Fue una elección instintiva―explica―AHEC nos mandó un montón de muestras preciosas, pero a mí me conmovieron el color y la textura de la veta del cerezo. También me gustó que fuera a evolucionar y a oscurecerse con el tiempo».
Nong Chotipatoomwan-Thought Bubble. Bangkok, Tailandia
Madera: roble rojo estadounidense.
La nostalgia por los viajes y la interacción social guiaron el pensamiento creativo de Chotipatoomwan en el desarrollo de su proyecto. Las variaciones del estado de ánimo sustituyeron a las transiciones físicas, mientras que el espacio doméstico fundió el ámbito físico y el psicológico. La diseñadora estudió muebles pensados para relajarse y se decantó por el movimiento de balanceo, que se convirtió en la base de su mecedora, que combina la relajación y el movimiento repetitivo para potenciar un estado de consciencia plena. La fabricó en roble rojo porque le fascinaba su veta:«Es una madera muy expresiva y me interesaba su naturaleza porosa».
Mac Collins-Concur. Newcastle, Reino Unido
Madera: cerezo estadounidense.
Si bien el término «aislamiento» parece haber adquirido un significado negativo a lo largo de los últimos dieciocho meses, Collins tiene una visión más positiva. «Para mí, la palabra siempre ha tenido connotaciones románticas de satisfacción, serenidad, contemplación y la idea de apartarse del embrollo que supone la rutina socialmente prescrita», explica. Durante su tiempo en soledad, los libros se convirtieron en valiosos compañeros, lo que lo inspiró a crear un espacio de reflexión y lectura. Su butaca con atril, un «objeto de compañía», anima a quien se siente en ella a desconectar de la vida cotidiana y concentrarse en una tarea analógica. Collins eligió el cerezo para crear un espacio acogedor, cálido y apetecible.
Pascal Hien-Migo 01. Berlín, Alemania
Madera: roble rojo estadounidense.
«La pandemia ha sido una época para detenerse y reflexionar y en la que hemos estado más presentes con nosotros mismos y con nuestro entorno», observa Hien. Su pieza, una banqueta multiusos, es el resultado delas reflexiones del diseñador durante una época de cambios e incertidumbre en la que tuvo que aprender a adaptarse y a desconectar de su acelerada vida. La banqueta representa esta existencia en constante cambio: «Puedes adaptarla de varias maneras; no hay parte frontal ni trasera; no hay uso bueno ni malo».
El mueble funciona como ayudante doméstico o como lugar donde sentarse. El diseñador eligió el roble rojo debido a su fuerza y trabajó en un diseño con una construcción racional: cada banqueta está hecha de una única tabla de roble rojo (para que la veta sea consistente) y sus partes están ensambladas a cola de milano. Al vivir con su familia durante la pandemia, Hien la involucró en las pruebas de la pieza y la hizo partícipe por primera vez de su trabajo de diseño.
Kodai Iwamoto-Pari Pari. Tokio, Japón
Madera: roble rojo estadounidense.
Para su proyecto, Iwamoto investigó técnicas tradicionales japonesas como el uzukuri (dar textura a la madera frotándola) y el chouna (cincelar la superficie con una azuela) y luego comenzó a experimentar directamente sobre la madera, pelando sus capas para después crear una chapa nueva. Trabajó con roble rojo y lo peló cortando el canto de ltablero y retirando la superficie a mano para conseguir un efecto dentado en el que emerge la textura de la veta. Esos tableros de textura imperfecta se convirtieron en el punto de partida de una exploración de diseño que se tradujo en la forma de una mesa redonda, que utiliza como base el sutil material para generar el efecto de un viejo tronco de árbol.
Josh Krute-Toteemi. Helsinki, Finlandia
Madera: arce duro estadounidense.
Krute se inspiró en los tótems (toteemi significa «tótem» en finés) para crear un sistema de almacenamiento multifuncional. Cuando se pasa tiempo en casa, los materiales de trabajo invaden los espacios domésticos, así que Krute imaginó una serie de cajones apilables para guardar el material de trabajo y objetos pequeños, mientras que los demás componentes sirven de mesa auxiliar, bandeja o banquetas.
Crédito Jason Yates Crédito Jason Yates
El diseño tiene un «borde» que funciona como tirador y cada cajón es de un color distinto por dentro, lo que les dota de un carácter diferenciable; Krute escogió el arce duro por su tono claro y su capacidad para absorber el color. El sistema modular explora objetos de madera táctiles, casetas de pájaros y pequeñas estructuras, que Krute simplificó en un diseño compacto y práctico. «Toteemi aporta soluciones para compaginar el hecho de vivir y trabajar en el mismo entorno», explica.
Siyanda Mazibuko-Kumsuka (Evolve your space). Johannesburgo, Sudáfrica
Madera: roble rojo estadounidense térmicamente modificado.
La pieza de Mazibuko se inspiró en el isicolo, un peinado que simboliza la identidad tribal en varias culturas africanas, y en el indlamu, una danza tribal zulú que se practica en las ceremonias de celebración. El artista combinó estas referencias visuales con una reflexión sobre los temas de la interacción, el comportamiento humano y el papel del diseño en la vida de las personas.
«La interacción con los demás es un rasgo intrínseco del ser humano», afirma, y explica que eso es lo que motiva su diseño, un asiento modular con capas pensado para los espacios públicos. Mazibuko adoptó un enfoque práctico e investigó sobre ergonomía y funcionalidad para crear su banco, compuesto por tiras entrelazadas de roble rojo térmicamente modificado, una madera horneada a alta temperatura para que resulte adecuada para espacios.
Mew Mungnatee-Corners Lamp. Bangkok, Tailandia
Maderas: arce blando y cerezo estadounidenses.
La respuesta emocional de la diseñadora a los objetos que la rodean se manifiesta en la relación entre la forma, la luz y la sombra, conexión que, en este proyecto, Mungnatee exploró mediante la geometría. Sus diseños de lámparas, inspiradas en pagodas, se basan en una bombilla que proyecta una sombra sobre las superficies de abajo gracias a una intrincada composición de rejilla con listones de madera y esquinas dentadas. La diseñadora trabajó con arce blando, por cómo la superficie hace rebotar la luz («La madera tiene un brillo opalescente», explica),y con cerezo estadounidense, por su capacidad para absorberlos tintes.
Crédito Winston Chuang Crédito Winston Chuang
Trang Nguyen-The Roof Stool. Ciudad Ho Chi Minh, Vietnam
Maderas: cerezo, roble rojo y arce duroestadounidenses.
Para su proyecto, Nguyen se inspiró en las tejas tradicionales vietnamitas y creó una colección de banquetas encajables que imitan la superposición de las tejas para ocultar las estructuras de conexión que hay debajo. El sencillo diseño de su banqueta se inspira en la arquitectura tradicional de los templos y en los vestidos vietnamitas, y tiene pasadores de una madera distinta en la junta, que permanece oculta cuando las banquetas están apiladas y se ve cuando se utilizan.
«Elegí tres tipos de madera distintos por sus diferencias cromáticas: cerezo, roble rojo y arce―explica Nguyen―. El empleo aleatorio de dos de las especies para los pasadores y otra para el resto de la banqueta permite a los usuarios explorar las distintas maderas cuando desmontan la pila». Dado que la gente ha estado pasando más tiempo en casa, su diseño está pensado para proporcionar asientos adicionales que, cuando no se utilizan, crean una bella composición.
Alessandra Fumagalli Romario-Studiolo 2.0. Milán, Italia
Madera: cerezo estadounidense.
Durante las numerosas sesiones de Zoom, videoreuniones y lives en Instagram, Fumagalli Romario se fijó en los fondos preparados por la gente, lo que le hizo pensar en «la importancia de los objetos como extensión de nosotros mismos: por un lado, se crean muchos límites; por otro lado, los límites desaparecen y se mezclan lo privado y lo público». La diseñadora comparó este espacio preparado con los pequeños studioli de los cuadros del Renacimiento y con las vitrinas de curiosidades. Inspirándose en esto, creó un fondo visual, un expositor para presentarse por medio de objetos que pueden mostrarse u ocultarse.
Para aumentar la intriga, inclinó los planos verticales que dividen el expositor, lo que, junto con el acabado degradado, genera la ilusión de una mayor profundidad. Sobre su elección de la madera de cerezo, explica: «Quería una madera que hablara por sí misma. Además, me gusta la calidez del color. Es una madera que cambia rápidamente de color en contacto con la luz. Hoy en día, es importante tener objetos que nos recuerden que provienen de la naturaleza y que cambian y mutan con el tiempo».
Taiho Shin-Ikare. Seúl, República de Corea
Madera: arce duro estadounidense.
Durante el tiempo que pasó en aislamiento, Shin observó que «los objetos contribuyen a la capacidad de resistencia humana en situaciones inusuales», pensamiento que le sirvió de base para su proyecto. Guiado por el «efecto Ikea» (los consumidores valoran más los productos que ellos mismos han ayudado a crear),pensó en un diseño a medio hacer que los usuarios pudieran ensamblar parcialmente para fomentar la interacción con sus objetos. Shin creó una mesita que se ensambla mediante un sistema de unión ingenioso pero sencillo (sin necesidad de cola) y el diseño se multiplica para crear un sistema apilable de estanterías que se adapta a diferentes espacios. Eligió el arce duro, ya que la densidad de la madera permite meter y sacar las juntas sin aplastar la fibra de la madera.
Mimi Shodeinde-Howard desk. Londres, Reino Unido
Madera: arce duro estadounidense.
El mundo pandémico entraña todo tipo de novedades, observa la diseñadora: peligros nuevos y nuevas formas de interactuar, vivir y trabajar. «Al diseñarlos muebles para este nuevo paradigma―explica Shodeinde―, debemos recurrir a lo familiar, a lo reconfortante; tenemos que buscar la libertad, la conexión, la estabilidad y la fuerza». Todas estas cualidades están presentes en su diseño, un escritorio macizo cuyas formas ligeras contrastan con la rigurosa construcción y el peso del arce duro.
La diseñadora se fijó en un amplio abanico de referencias culturales, que abarcan desde las composiciones de la escultora británica Barbara Hepworth hasta la arquitectura modernista de Lina Bo Bardi, pasando por la aerodinámica del vuelo (el nombre de la pieza se inspira en el piloto Howard Hughes). Estas influencias convergieron en una silueta sinuosa, un diseño que desafía lo familiar, pero que también brinda una sensación de seguridad.
Juan Carlos Franco y Juan Santiago Sierra-Riverside bench. Colombia / España
Madera: cerezo estadounidense.
Durante el aislamiento, los objetos cambian de función y de significado y las personas nos descubrimos buscando espacio dentro de nuestro espacio. Esa fue la observación que dio origen al proyecto de Franco y Sierra, que analiza cómo cambian de función nuestros muebles y lo esencial que resulta la adaptabilidad (tanto en una pandemia como en la vida moderna). Franco y Sierra se inspiraron en el diseño adaptable (como el de los palafitos de Colombia) para crear un banco que se ajusta a diferentes necesidades gracias a la adición de accesorios, como bandejas, separadores y elementos de almacenamiento, que se unen en una hendidura central. De este modo, el banco se convierte en un espacio multifuncional que puede adaptarse al hogar, al lugar de trabajo o al entorno público.
Los diseñadores eligieron el cerezo para la elaboración de la pieza: «Nunca habíamos trabajado con el cerezo, así que fue una oportunidad estupenda para sacar provecho de esa madera―explica Sierra―. Además, vimos lo que nuestra mentora, Maria Jeglinska-Adamczewska, había hecho con su mesa y su silla en el anterior proyecto de AHEC, Connected. Maria usó cerezo y quedó precioso: nos encantaron la veta y la textura».
Ivana Taylor-Reframe. Adelaida, Australia
Maderas: arce duro, cerezo y roble rojo estadounidenses.
La experiencia de soledad de Taylor propició largos periodos de reflexión, que terminaron inspirando a la diseñadora a cambiar su enfoque de diseño y fabricación. Para este proyecto, se propuso «diseñar un objeto escultórico contemplativo que invitara a la reflexión sobre las múltiples capas de las que se compone cualquier experiencia, incluido el aislamiento». Un tema recurrente de su investigación fue la forma de enmarcar una vista a distintas escalas, así que el diseño resultante es una escultura hecha de una serie de pequeños objetos tallados que se superponen para crear una composición que funciona como un «camino esculpido para la luz». Taylor, que empleó tres maderas, quiso explorar los diferentes huecos del material y cortó cada capa para exponer la veta de la madera.
Martin Thübeck-Rå. Estocolmo, Suecia
Madera: roble rojo estadounidense.
Mientras estaba confinado en casa con sus hijos pequeños, Thübeck encontró inspiración en la forma en que los niños adaptaban su entorno para jugar, desafiando los usos tradicionales de los muebles: «Las limitaciones se convirtieron en posibilidades», comenta. Después de estudiar el mobiliario tradicional y los parques infantiles, el diseñador desarrolló una pieza (rå significa «puro» en sueco y también hace referencia a una mítica criatura del bosque del folclore local que puede cambiar de aspecto) cuya construcción se inspira en la artesanía sueca y cuya función puede interpretarse como una silla o como un tobogán al darle la vuelta.
Crédito Jason Yates Crédito Jason Yates
Thübeck eligió el roble rojo para su diseño, por la forma en que la madera absorbe el pigmento y la dota de profundidad. «Esta pieza simboliza la coexistencia: el acto de darle la vuelta es como moverse entre mundos―afirma, haciendo referencia aun enfoque que fusiona lo interior y lo exterior, el estatismo y el movimiento, el punto de vista de los adultos y el de los niños―. Mi intención no es fusionar por completo las dos funciones, sino ver qué ocurre cuando se aproximan tanto que se perciben como una sola», explica.
Yunhan Wang-Winding Stream. Zhuhai, China
Madera: arce duro estadounidense.
Al no poder celebrar ciertas tradiciones durante el confinamiento, la gente se ve obligada a llevar a cabo los rituales en casa. Existe una nueva necesidad de disponer de muebles y objetos adecuados que se adapten a un espacio reducido pero que cumplan la misma función. Wang quiso crear una alternativa doméstica a la «fiesta del arroyo serpenteante», una costumbre china de beber en la que se compone poesía mientras se hace flotar una taza por un arroyo en cuyas orillas se sienta la gente; cuando la taza se detiene, la persona sentada enfrente debe beberse el contenido.
Wang se inspiró en las casas circulares Hakka para crear un diseño de mesa compacta con almacenamiento oculto en las patas y una hendidura central para colocar bandejas y tazas. Asimismo, la mesa está equipada con un desagüe para que los usuarios puedan desechar el agua por la canaleta giratoria; luego, el líquido cae goteando en un cubo de residuos alojado en la pata principal. Wang eligió el arce duro para la elaboración de la pieza Winding Stream porque le atrajo el color claro de la madera, que se ha tratado con aerosol para evitar que se pudra.
Vivienne Wong-Iuxta Me (Beside me). Melbourne, Australia
Madera: cerezo estadounidense
Wong, bailarina convertida en diseñadora, se fijó en la comunicación no verbal como punto de partida de su proyecto y abordó la tarea desde un lugar personal de reflexión y sabiduría. «Quería traducir mi conocimiento previo de cómo podemos conectar y comunicarnos», explica, así que emprendió la creación de una pieza que fomentara la fuerza, la intimidad y la conexión.
Los límites físicos invisibles y la creación de texturas por medio de la luz constituyeron la base del proyecto, que se convirtió en una mesa de centro con formas repetidas entrelazadas, en la que la ebanistería funcional se convirtió también en un motivo decorativo de la pieza. Wong eligió el cerezo estadounidense por la veta y el color. «Su tono rojo rosado tiene una calidez preciosa―explica―. Sentí que aquello sustentaba todo lo que estaba intentando transmitir con esta pieza». El nombre de su diseño―Iuxta Me significa «cerca de mí» en latín―representa el deseo de conexión e intimidad humanas que guio el proceso.
Tan Wei Xiang-Recollect. Singapur
Maderas: arce duro y roble rojo estadounidenses.
En su búsqueda de una conexión física tangible con sus seres queridos (más allá de las llamadas virtuales), Tan recurrió a los suvenires como forma de combatir la nostalgia. Su expositor de suvenires está pensado como una forma de guardar, preservar y honrar los objetos que apreciamos. Sus formas se inspiran en las omnipresentes obras de construcción de Singapur y en las láminas de zinc estriadas que se utilizan para protegerlas. Tan recreó este motivo en la carcasa exterior de su alto y esbelto expositor y fabricó estantes curvados que se colocan en el interior, junto con un círculo de latón pulido y espejado que imita la puesta de sol en el horizonte.
Crédito Tim Robinson Crédito Tim Robinson
El diseñador ya había trabajado con arce, aunque no procedente de los bosques de frondosas estadounidenses, así que, para este proyecto, eligió una combinación de arce duro de diferentes grosores para conseguir el efecto «arrugado» en la carcasa y roble rojo para las baldas curvadas del interior.
Duncan Young-Shelter Within. Adelaida, Australia
Madera: arce duro estadounidense.
Young se centró en la materialidad de la madera y en la capacidad de este material orgánico para ayudarnos a conectar con la naturaleza estando confinados en casa. «En el caso de quienes vivimos en entornos urbanos densos, el confinamiento ha afectado a nuestra fuerza física y mental al restringir la necesidad biológica que tienen los humanos de estar al aire libre», afirma. El diseñador se fijó en los estudios que analizan el impacto positivo de la naturaleza en la salud física y mental y, en respuesta, creó un moderno expositor de curiosidades como pilar de la naturaleza, para que el usuario se relacione con el mundo natural cuando está en casa.
Con una carcasa maciza de ebanistería discreta y un estante con efecto muaré (un diseño inspirado en el simbolismo histórico del armario como teatro), el sencillo plinto incluye dos elementos escultóricos de cristal hechos a mano en el estudio de Young que refractan y distorsionan la luz para evocar el efecto de caminar bajo un dosel arbóreo. Young empleó arce duro para fabricar la carcasa. «Es una madera muy sencilla―explica―. El diseño de las vetas es agradable y pensé que su ligereza suavizaría la pesadez formal de mi pieza».