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La capital de la Comunitat alberga un legado histórico maravilloso que no puede pasar desapercibido, pues fue una de las sedes del movimiento vanguardista de finales del siglo XIX que se vio reflejado en la ciudad a principios del siglo XX, el Modernismo —también llamado Art Nouveau—.
Es por ello que existen rutas e itinerarios que permiten visitar las mayores muestras del estilo modernista en la ciudad, desde la Estación del Norte, pasando por el Mercado Central hasta el pintoresco edificio de Correos, sin olvidar muchos otros edificios y palacios menos conocidos.
Y es que Valencia cuenta con una riqueza cultural e histórica enorme, entre sus museos, sus yacimientos arqueológicos y su belleza arquitectónica, siendo un lugar muy especial que debe ser visitado con entusiasmo.
Primeros pasos del Modernismo en Europa
Para ponernos en situación, el modernismo es un movimiento vanguardista que surgió con un aire marcado por la revolución industrial y la aplicación de nuevas técnicas de fabricación, pues bebe del arte decorativo —llamado Arts and Crafts— inglés cuyo referente es William Morris.
Al llegar el Modernismo, se dio más importancia a la utilidad de la estética, al objeto cotidiano y al trabajo artesanal, las construcciones europeas se cargaron de un estilo elegante y único de inspiración variada —formas orgánicas, medievales y belleza oriental— pues esta corriente es optimista y renovadora.
El nuevo movimiento supone una ruptura y un cambio de materiales, pues se empezó a utilizar más el hierro, el cristal y los azulejos, y no únicamente afectó a la arquitectura sino también a la joyería, el mobiliario y las artes gráficas.
Los principales referentes de este movimiento en España fueron artistas como Antonio Gaudí, Lluís Domènech y Josep Puig i Cadafalch, entre otros.
La llegada del movimiento al territorio valenciano
Principalmente, el Modernismo valenciano se caracteriza por usar diversas tendencias —por ejemplo formas geométricas y ordenadas— que vemos en edificaciones como la Estación del Norte, y otras —más barrocas y recargadas— que se pueden ver en algunos de sus edificios funcionales, como el Palacio de Correos.
Se pueden observar algunos ejemplos de algunas de las corrientes que se crearon en Europa, como la Sezession vienesa y el Modernisme catalán. La primera, la influencia vienesa, la descubrimos en la Estación del Norte y la Casa Ferrer, y la segunda, la catalana, la podemos disfrutar en el Mercado de Colón.
Según un artículo sobre el Modernismo de National Geographic:
“La Ruta del Modernismo en Valencia se suele iniciar en la Plaza de la Almoina, una de las más antiguas del centro histórico, para ver la casa Punt de Ganxo (1902), así llamada porque la decoración de su fachada recuerda un punto de ganchillo. Desde allí se continúa por las calles Colón, Sorní, Ramilletes y Marqués del Turia, en busca de otras bellas viviendas modernistas, como la Casa de los Dragones (1901), la Casa Ordeig (1907), la Casa Chapa (1916) y el Palacete de Ayora (1900), rodeado de jardines.
Los mercados Colón (1914) y Central (1910), con sus características estructuras de hierro, vidrio y ladrillo, son otras etapas imprescindibles; el último está junto a la Lonja de la Seda, una joya del gótico civil declarada Patrimonio de la Unesco.”
Para las representaciones decorativas arquitectónicas, cabe destacar las formas vegetales de la huerta valenciana y también formas humanas así como las de animales. Mayormente, los materiales utilizados fueron el ladrillo rojo, la cerámica valenciana, el vidrio, el hierro y las baldosas.
Además de la arquitectura y la decoración, el modernismo quedó reflejado en la pintura, destacando artistas reconocidos como Ignacio y José Pinazo, Joaquín Sorolla, Cecilio Plá, José Benlliure y Antonio Muñoz. No olvidemos tampoco la escultura, en la que destacamos a Mariano Benlliure, cuyas obras se pueden encontrar en plena calle —como el Monumento al Marqués de Campo en la Plaza de Cánovas del Castillo, el Panteón de la familia Moroder, además de algunos relieves de la fachada del Ayuntamiento—.
Para concluir, queda en evidencia que estas construcciones forman parte de la historia del país y Valencia es una ciudad única cargada de cultura y diversidad por lo que este itinerario que se propone debería estar incluido en la lista de viajes y visitas de nuestra agenda de este año, ¡No te lo puedes perder!
Imágenes: Depositphotos y Pxfuel