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Hoy se ha presentado el nuevo estudio de Raquel Chamorro, el espacio donde se desarrollará su nueva etapa profesional en la que retoma su faceta como interiorista.
Entre sus trabajos más reconocidos se encuentran la bodega Finca Loranque en Castilla la Mancha, el Palacio de la Familia Real de Qatar o el espacio del evento gastronómico Millesime Madrid, en el que participó durante 3 ediciones, así como las 9 ocasiones en las que formó parte de Casa Decor.
Tras un periodo dedicado a la venta internacional de mobiliario, la parte creativa asume ahora un rol sustantivo y se convierte en su único objetivo. Sin la necesidad de contar ya con un showroom, Chamorro ha optado por trasladar su estudio a otra ubicación que se encuentra en el Barrio de Salamanca, en una finca del 1.900 de la calle Príncipe de Vergara.
El interiorismo de este espacio sintetiza la esencia de su estilo: una búsqueda que persigue crear espacios atemporales con un equilibrio entre la funcionalidad, la belleza y el bienestar.
El nuevo estudio
En la entrada aparece un córner que muestra la evolución creativa del estudio, con una escena oriental minimalista, conceptual, absolutamente caligráfica. Está dibujada en negro con toques de oro viejo, que dialoga perfectamente con el latón, el material estrella de este espacio.
Influenciada por sus estudios en historia del arte, la interiorista siente la necesidad de incluir elementos de diferentes épocas y estilos. La inspiración oriental dialoga a la perfección con un sofá semicircular y contemporáneo, diseñado en el estudio con tela de Pepe Barrientos, en color azul con un toque de verde.
La alfombra espectacular de Kilombo de papiro y 100 % yute, tejida a mano en la India, es perfecta para la escena con unos almohadones pluma (también de Kilombo Home) que dan el contrapunto. En las paredes, el grafiti de Bombardearte tiene todo el protagonismo.
Este equipo ya participó con Chamorro en Casa Decor 2007 y desde entonces no han dejado de colaborar juntos.
En cuanto a los materiales, destaca la vuelta del latón tras un largo periodo en el que ha predominado el uso del acero y el hierro. En su despacho, la interiorista ha optado por traer de regreso un material que teníamos asociado a la casa de nuestros abuelos.
En las salas de juntas se ha empleado el papel pintado para los techos, otorgándoles un aspecto teatral. El verde carruaje es un color de tendencia, y junto al acero y al negro, completan el aspecto escénico de esta sala destinada a las reuniones. La consola-directorio se ha tratado en el estudio con un acabado que lo integra en el espacio.
La zona de estudio corresponde a lo que anteriormente era el salón de la finca y cuenta con grandes ventanales que llenan de luz la estancia para así poder trabajar. En el área de muestras los clientes pueden ver y tocar todo tipo de materiales: revestimientos, pieles, telas, papeles pintados, mármoles…
Finalmente, la oficina se completa con una pequeña cocina, que hace la función de apoyo para el catering para los momentos en los que se dan cenas en las salas de juntas.
Por último, destaca el baño de cortesía donde el protagonista es el último papel de la firma inglesa House of Hackney, con un atrezo algo diferente y también con detalles en latón. El atrezo es de Le Carrousel, al igual que en el córner de entrada.
Proyectos recientes
De esta nueva etapa destacan algunos encargos recientes, especialmente en interiorismo de viviendas privadas. Sin embargo, el estudio trabaja también en proyectos para hostelería, oficinas, retail y colectividades, entre otros.
Dentro de los nuevos proyectos se encuentra una villa en Boadilla del Monte. Se trata de una espectacular vivienda con piscina y amplio jardín. En este caso se requirió a Raquel Chamorro para la dirección estética de la obra, dado que se trataba de una construcción de una promotora y el cliente quiso personalizar los interiores desde el inicio.
El estudio de interiorismo se incorporó al equipo de proveedores, arquitectos, paisajistas, etc. para diseñar la vivienda. El resultado es un proyecto de estilo contemporáneo y ecléctico, en el que conviven estilos diferentes, con guiños a distintos países y con una combinación de mobiliario seleccionado junto con diseños realizados desde el estudio de Raquel Chamorro.
Tras franquear un jardín con suelo diseñado en polvo de mármol y una piscina de antracita con un brasero adyacente, nos recibe en la puerta de la vivienda una espectacular menina en alambre.
Una vez dentro, el interiorismo de este proyecto parte de los tonos grises de suelos y paredes, en contraste con colores frambuesas.
El módulo de cocina, salón y comedor cuenta con ambientes armónicamente separados gracias al mobiliario y los materiales. La cocina de Porcelanosa se ha realizado con muebles lacados en negro e isla de mármol negro con veta blanca.
En la zona de comedor hay una mesa con madera plumeada y patas en latón con sillas altas en tapicería de seda marfil y juego de molduras en las paredes.
Chimenea de Lumbre con dos sillas giratorias en frambuesa. En el salón, las mesas bajas son un diseño de Raquel Chamorro, en hierro negro cortado con láser.
El dormitorio principal dispone de dos baños en piedra azul y dos vestidores.
Además, la vivienda cuenta con dos suites de invitados, una en tonos azules y otra en tonos teja, con muebles personalizados y tapizados especialmente para este proyecto.
Los baños se armonizan con el tono de cada suite a través de los complementos y el papel pintado. Los armarios de cada suite se han lacado siguiendo también la misma paleta cromática.
El despacho cuenta con un sofá curvo diseñado por Raquel Chamorro, un columpio en hierro negro, librerías en madera negra, marrón oscuro y piel.
En la sala de pintar, se puede admirar una composición de palets hechos a mano por uno de los dueños de la vivienda.
Otro de los proyectos recientes de Raquel Chamorro es una casa en el barrio de Salamanca de diseño ecléctico, que mezcla distintas épocas, estilos y culturas, con muebles en maderas tropicales como el Makassar, con sus características vetas de color negro y naranja quemado.
Estos colores han servido como hilo conductor para la decoración del resto del espacio. El mueble bar del salón es de cáscara de huevo de pato, diseñado por la interiorista y hecho en Vietnam.
Junto al pilar que sustenta la habitación, se ha colocado un tronco de olivo del S.XI en el que se ha tallado la figura de un mandarín que todavía conserva su policromía.
Al salón se le ha añadido una zona de teletrabajo, algo cada vez mas demandado en los proyectos que ejecuta el estudio de Raquel Chamorro. En este caso, el espacio se ha resuelto con dos librerías en madera wengué que tienen un fresado de pieles en visón, naranja quemado y marrón chocolate.
En frente, una mesa en raíz de olmo decolorada, tipo decó con las patas en ébano. En la zona de los sofás, la mesa central es también de raíz de olmo decolorada.
En el comedor, sillas africanas de 3 patas y consola de herencia familiar.
“Definir el estilo del estudio es complicado; nuestra profesión es multidisciplinar, mezclamos la cultura de todas las épocas y países junto con los avances tecnológicos actuales en tejidos, materiales, domótica… Buscamos crear espacios atemporales con un equilibrio entre funcionalidad, belleza y bienestar. Las gamas cromáticas y en definitiva la magia, el confort y la sorpresa, hacen que los clientes se sientan representados en sus gustos y deseos, aunque siempre dejamos nuestro sello.” afirma Raquel Chamorro.
Fotos: Juan Carlos Hidalgo