Ai Weiwei, uno de los artistas más influyentes de la última década, llega a Suiza del 22 de septiembre hasta el 28 de enero de 2018 con algunos de sus trabajos más recientes y monumentales. Tras su exposición individual en la Kunsthalle de Berna en 2004, este artista chino ha vuelto a aceptar la invitación del director del Museo cantonal de Bellas Artes de Lausana (mcb-a), Bernard Fibicher.

Con obras que se muestran también fuera de las propias salas expositivas del museo, podemos admirar el trabajo de Ai Weiwei en lugares como el Palacio Rumine y los Museos de Arqueología e Historia, Zoología y de la moneda, así como la Biblioteca del Estado y la Universidad.

La exposición, «D’ailleurs c’est toujours les autres», reúne más de 40 obras que datan de 1995 hasta el presente: trabajos en porcelana, madera, mármol, jade, cristal, bambú, seda, junto con otras técnicas como fotografía y vídeo, testimonios todas ellas de la rica variedad del trabajo del artista y el conocimiento profundo del patrimonio cultural de su país de origen.

Un espíritu que recuerda mucho al de Marcel Duchamp, ya que de una manera iconoclasta y lúdica, vuelve a emplear materiales y técnicas tradicionales para realizar una crítica abierta o, en ocasiones, más encubierta, del sistema político de China. Su trabajos más recientes, hacen referencia también a temas internacionales como, por ejemplo, la dependencia económica y los movimientos y problemas de los refugiados. Un artista visual que lleva mucho tiempo dando que hablar y seguirá haciéndolo gracias a una mente privilegiada y a un hombre muy comprometido con los problemas del mundo actual. Un artista totalmente global tanto desde el punto de vista de las técnicas que abarca, como los temas de los que trata.

Algunas de las obras más destacadas de esta muestra son:

Palacio de Rumine

Unos salvavidas parecen estar flotando en lo que solía ser la fuente del Palacio. Un objeto totalmente realista y sin sentido, cuya incongruencia es subrayada por el cuidadosamente trabajado mármol negro que la rodea. «Tire», de 2016, sume al visitante en el mundo de la ironía de Ai Weiwei, con referencias a lo tradicional, la búsqueda de lo estético, el virtuosismo técnico y el espíritu contestatario. Una llamada a la libertad, tanto la propia como la de los refugiados que cruzan el Mediterráneo. Es todo un homenaje a las injusticias que están ocurriendo en la humanidad actualmente.

 

mcb-a Centro de la exposición

Sala 1

Flores en abundancia en la primera de las salas. La instalación «Blossom» (Florecer), de 2015, contiene 35 piezas (80x80x5 cms).: 22,4 metros cuadrados de corolas pintadas de blanco que forman un encaje macizo de cerámica producido por artesanos de los antiguos talleres imperiales de Jingdezhen. Este trabajo se ha calificado como un homenaje artístico de retorno a la Campaña de las Cien Flores de China, una puerta que se abrió hacia la libertad de expresión de febrero a junio de 1957 que finalizó con una violenta represión.

Ai Weiwei, Blossom, 2014 (installation detail, Alcatraz Hospital); photo: Jan Stürmann, courtesy FOR-SITE Foundation

Encontramos también la obra «Bicycle Basket» (Cesta de Bicicleta), de 2015, basada en la performance con Flores, de 2013-2015, como protesta por la confiscación de su pasaporte por las autoridades chinas en 2011. Durante 600 días consecutivos Ai Weiwei, ponía un ramo de flores en la cesta de una bicicleta estacionada fuera de su estudio en Beijing, ganando un considerable protagonismo en las redes sociales. Aquí esa performance se materializa en forma de estatua que reúne varios de los campos favoritos del artista: la protesta y la poesía, el arte y la artesanía, la publicidad y la vida privada.

Al otro lado de la sala, encontramos «Flower Plate» (Plato de flores), de 2014, realizada por maestros ceramistas que nos recuerda a «With Flowers» (Con flores) con un tratamiento más colorista. Las paredes de la sala se cubren casi por completo con un trabajo mural repetitivo: «Finger», de 2014. En esta obra utiliza el dibujo lineal para evocar una peineta (en el sentido del gesto realizado con el dedo corazón) que se ha convertido en marca personal de Ai Weiwei. Un brazo sin cuerpo se repite una y otra vez en un patrón geométrico típico del papel de pared, convirtiendo este gesto provocativo en un elemento decorativo.

También encontramos 40 fotografías de las series «Study Perspective», 1995-2001, un trabajo emblemático y muy comentado (y copiado) en las redes sociales. Usando de nuevo la peineta con su dedo central como unto de referencia, mide a través de los años icónicamente el punto de fuga de varios paisajes y contextos que van desde la Plaza de Tiananmen hasta la Casa Blanca y la Mona Lisa.

Sala 2

Esta sala se encuentra ocupada por la obra principal de «Sunflower seeds» (Pipas de girasol), de 2009. Se distribuyen un total de 13 toneladas de pipas de girasol del porcelana pintadas a mano. Tan sólo una muestra de las 150 toneladas encargadas por Ai Weiwei a 1.500 artesanos de los talleres de Jingdezhen, una tarea que llevó dos años y medio. Estas pipas son el snack favorito de los chinos y tienen una carga simbólica universalmente conocida: como los girasoles, los ciudadanos chinos giran su cabeza hacia el sol, Mao Zedong. Las implicaciones irónicas de esta obra están en su fabricación opuesta a la producción en masa «Made in China», ya que cada semilla ha sido pintada a mano y, por tanto, es única. Una crítica totalmente inequívoca.

Sunflower Seeds 2010 Ai Weiwei born 1957 Purchased with assistance from Tate International Council, the Art Fund, and Stephen and Yana Peel 2012 http://www.tate.org.uk/art/work/T13408

Tras esta espectacular instalación, encontramos la «Surveillance camera sculpture pedestal» (Cámara de vigilancia sobre un pedestal), de 2015. Se trata de una copia de una de las cámaras que instalaron frente al estudio de Ai Weiwei en Beijing. Todo un ejemplo de maestría de los maestros que tallan el mármol de forma tradicional. Además, el material se asocia simbólicamente con la riqueza y el poder (material con el que también están construidos la Ciudad Prohibida y el mausoleo de Mao en la Plaza de Tiananmen.

 

Manteniendo una continuidad con la primera sala, las paredes se han recubierto con un animal que se parece a una llama, pero que realmente es una Alpaca, obra de 2015. De nuevo, utilizando una serie de figuras geométricas recurrentes, crea un papel de pared. El artista expresa con formas y objetos una sere continua de connotaciones: El logotipo de Twitter junto a cámaras de circuito cerrado, por ejemplo, y esposas encadenadas.

Sala 3

En esta sala encontramos 16 esferas de madera que se presentan en una cuadrícula rectangular. La instalación «Untitled» (Sin título), de 2012, ofrece una resolución poética de un rompecabezas chino: cómo usar las técnicas antiguas – en el estilo Ming- para unir estas esculturas de madera. Según Ai Weiwei fue todo un desafío técnico y artístico al que no encontró respuesta hasta casi 2 años después.