• El calor vuelve con fuerza nada más iniciar agosto y es que según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), es “posible” que hasta al menos el miércoles 3 o el jueves, 4 de agosto, se superen los umbrales de intensidad, persistencia y extensión requeridos para poder confirmar que estas altas temperaturas pueden provocar la tercera ola de calor del verano de 2022.
  • El doctor valenciano Antonio Hernández, médico especialista en medicina integrativa y autor del libro ‘Testosterona: la hormona de la vida’, ofrece algunas recomendaciones para sobrevivir a las altas temperaturas y no sufrir golpes de calor.

Ante cualquier golpe de calor, deshidratación o en el intento de evitar ambas situaciones, es importante qué nos hidratemos, asegurando siempre la incorporación suficiente de minerales. Un par de opciones que validamos son: los sueros glucosados que se compran en farmacias o las bebidas isotónicas de uso deportivo.

«La hidratación juega un papel protagonista en nuestra salud y en verano debemos prestarle la atención que se merece», explica el doctor Toni Hernández, especialista en medicina integrativa y autor del libro ‘Testosterona: la hormona de la vida’.

El agua es el componente más abundante en nuestro cuerpo, representa de media el 60 % del peso total de la persona. La sangre y los riñones se componen de un 83 % de agua y los músculos de un 76 %. Además, juega un papel fundamental en el proceso de la termorregulación.

Una forma muy sencilla y funcional de preparar un suero mineral es la siguiente, añadimos un tapón de agua de mar dentro de la botella de agua que usamos para ir bebiendo a lo largo del día.El agua marina es importante comprarla en establecimientos donde te puedan asegurar marcas que trabajen con el agua de mar esterilizada.

Al levantarnos es importante que bebamos agua como acción preventiva a la deshidratación y no exponernos de esta forma a las altas temperaturas y la humedad ambiental.

En verano pueden aparecer muchos procesos diarreicos por intoxicaciones alimenticias al comer fuera de casa o diversas infecciones que dan lugar a posibles deshidrataciones severas. Por lo tanto, es importante en esos días asegurarnos más que nunca una correcta hidratación, con agua y minerales en primera instancia y probióticos y fármacos bajo consulta profesional sanitaria, así de esta manera nos aseguramos de cortar el evento diarreico cuanto antes.

En el aspecto nutricional es muy importante no incorporar dietas agresivas en verano. En este periodo estival es frecuente usar dietas muy limitantes en calorías y carbohidratos en la búsqueda de objetivos estéticos. Hemos de tener presente que este tipo de dietas pueden generar una eliminación de líquidos a corto plazo que nos predisponen a la deshidratación y posibles lipotimias.

Una recomendación que adquiere importancia en verano es la de no abusar de bebidas y postres con exceso de azúcar. El helado veraniego para refrescarse es un recurso muy utilizado en estos periodos, aunque paradójicamente esto crea desequilibrios en nuestra salud. Este tipo de productos al poseer una alta carga de azúcar refinada nos predisponen a estados de hiperglucemia, descompensaciones de la glucosa en sangre y lipotimias.

El uso del ventilador es algo instaurado en nuestra sociedad cuando tenemos calor, es importante sobre todo en personas mayores no exponerse de forma muy cercana a este dispositivo. El hecho de inhibir el proceso de sudoración que se produciría de forma natural puede generar un aumento de calor endógeno en el organismo. Es mejor intentar enfriar una habitación con aire acondicionado o instalarse en zonas con sombra donde no exista tanta temperatura.

Si somos asiduos a realizar deporte al aire libre debemos escoger las horas en las que no se alcance la mayor temperatura y humedad. Las mejores opciones se dan al iniciar la mañana o cuando están bajando los rayos del sol al final del día.

Riesgos para la salud por el calor

En verano tendemos a tener una vida social más activa y se dan ciertas situaciones específicas de la época. Los estados de alegría son más frecuentes y también existe una elevación y mayor impacto en los niveles de vitamina D y determinados neurotransmisores como la serotonina.

Con el buen tiempo nos volvemos más sociables y alegres, pero también estamos más expuestos a peligros propios de las altas temperaturas, la deshidratación, la hipertermia o el temido golpe de calor.

Debido a las subidas de temperatura y la alta humedad es muy posible caer en momentos en donde el organismo tenga una alta sudoración generando pérdida de agua y de sales minerales. Tan solo un 2% de la pérdida de agua corporal ya puede hacer perder prestaciones en el rendimiento físico o la capacidad de concentración, pero llegados a una pérdida de un 8 o un 10 % de agua corporal, esto puede generar el peligroso golpe de calor, situación que en personas especialmente mayores pueden llevar a la muerte.

El golpe de calor puede ocurrir en todas las personas, pero especialmente deben tener prudencia los bebés, niños pequeños y personas de tercera edad. Así cómo personas con determinadas condiciones de salud como enfermedades cardiacas, pulmonares o renales.

Bebidas calientes o frías, ¿qué es mejor?

Los tés e infusiones son otra opción para aportar hidratación a nuestro organismo. Una opción para el verano es el té kukicha ya que aporta un sabor refrescante que recuerda un poco al sabor cítrico y es rico en minerales como el magnesio, calcio o potasio.

Referente a este punto explica el doctor que «lasbebidas calientes, al entrar en contacto con la lengua y la garganta, hacen que los sensores del cuerpo reaccionen y, como resultado, estimulen la sudoración. De la misma forma, esto provoca que el sudor se evapore y que el cuerpo se enfríe».

Respecto a las bebidas frías, si se abusa mucho de ellas, tampoco es lo más adecuado ya que, aunque en un principio proporcionen una sensación refrescante, el organismo actúa al contrario por la bajada brusca de temperatura para equilibrarse y el gasto energético no es recomendable ya que provoca que nos acaloremos más.

«Debemos prestar atención a los refrescos fríos, recuerda que refrescante no es lo mismo que hidratante», matiza Dr. Toni.

¿Las duchas frías, funcionan?

«El cuerpo – señala el médico Hernández – es muy sabio. Las duchas frías nos alivian en ese instante, pero al salir volvemos a sudar sin conseguir un efecto duradero. Mientras que la templada, actúa cuando ya estamos fuera, refrigerándonos al salir»

Además, desde la clínica Keval+ explican que «no hace falta ducharse a todas horas también es efectivo mojarselas palmas de las manos, las plantas de los pies y las mejillas con agua templada. Estas tres zonas tienen la piel glabra (desprovista de pelos y glándulas) y lo que se conoce como la anastomosis arteriovenosa. Su función primordial es trasladar el calor o el frío al ‘core’ del cuerpo. Así que cuando tenemos calor podemos refrescarnos mojando solo estas zonas con agua templada y cuando tenemos frío, taparlas».